Milano Porta Garibaldi y el "passante ferroviario"

22 de septiembre de 2012

Si uno llega en tren a Milán y desembarca de él en la estación de Porta Garibaldi quizá se pregunte enseguida por qué se llama así. Pues bien, no lejos de la propia estación se encuentra el Piazzale XXV Aprile y en el centro de esa plaza este monumento que no es otro que la Porta Garibaldi, construida en 1826 y dedicada muchos años más tarde a Giuseppe Garibaldi, héroe nacional italiano.


La estación tomó el nombre de esa puerta cuando se decidió que sustituyera a la anterior de Porta Nuova, cerrada en 1961 y situada no lejos de ese lugar, pero con una mayor superficie y creando a partir de ella la parte subterránea del "passante ferroviario", túnel que permite conectar las líneas del noroeste de Milán con las del sur, evitando la inversión de marcha en Milano Centrale.


En el esquema, la situación de la estación de Porta Garibaldi en el contexto del mapa ferroviario de la ciudad de Milán. En rojo, el "passante ferroviario" que a partir de Porta Garibaldi es subterráneo en el sentido Rogoredo. Hasta 2008 no se completó el túnel con la apertura del tramo Porta Vittoria-Rogoredo. Las obras duraron 24 años. La longitud total de la actuación ha sido de 13 km de los cuales 7,8 km son en túnel.

Podemos también apreciar las otras estaciones milanesas construidas en fondo de saco: la Central, Cadorna y Porta Genova.

La construcción y puesta en servicio de ese pasante ha supuesto no sólo cambiar completamente la organización del tráfico ferroviario en Milán, en especial en lo que respecta a los trenes de Cercanías, sino también poner en marcha una gigantesca operación urbanística en el entorno de Porta Garibaldi denominado Porta Nuova cuyas características y renders podemos ver en el enlace. 





El edificio de la estación en sí carece de valor monumental y sobresale escasamente sobre el pasaje urbano, al estar casi todas sus plantas bajo el nivel de la rasante. Quizá el hecho de que radique en él la principal sede de operaciones de NTV con sus trenes de alta velocidad han alegrado y diversificado un poco sus paredes.




Pero en sus andenes -en parte subterráneos para enlazar con el "passante"- podemos ver con profusión el material para viajeros del operador de servicios regionales de la Lombardía Trenord. Este operador extiende sus servicios en unos 300 km de vías, que también administra.







Diseminadas por la estación están también las máquinas de compra de billetes de .italo del operador NTV, con las pantallas táctiles más grandes que haya visto en una máquina de estas características.





Emprender una pequeña excursión ferroviaria por las estaciones del "passante" tiene su interés desde el punto de vista constructivo.





El enorme tamaño de la caverna en ellas permite que además de los andenes se haya construido sobre las vías una mezanina con ésta de la estación de Porta Venezia, que es espectacular desde el punto de vista de la ingeniería y que recuerda bastante a la estación madrileña de Puerta del Sol.

Pero quizá, volviendo a Porta Garibaldi, el espectáculo esté en el incipiente barrio que se desarrolla a partir de la estación.





A partir de la Piazza Sigmund Freud, que está delante de la estación, y hasta la Via Melchiorre Giogia se levantan los edificios de la operación urbanística Porta Nuova. Algunos están ya casi terminados como el de la foto, pero otros empiezan a construirse. En este enlace  podemos ver los renders de los más importantes.

No son pocas las ciudades en toda Europa que se han embarcado en proyectos de pasantes ferroviarios para evitar el problema que plantean las estaciones en fondo de saco. Algunas como Berlín han tenido la idea de hacerlo en superficie pero otras, como Milán, han preferido el soterramiento por la densidad de las edificaciones del entorno. Como las obras ferroviarias hay que pagarlas, se plantea para financiarlas una considerable operación urbanística aunque luego los edificios que surgen chocan notablemente con las edificaciones tradicionales de los barrios no afectados por esa operación, como se comprueba en las fotos de debajo. Claro que en París la Torre Eiffel también resultaba un pegote vista desde los edificios tradicionales del  Boulevard de Grenelle, por ejemplo.