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Rumbo a las Tierras Altas de Escocia (Highlands): Thurso, la estación más septentrional de la red británica

30 de noviembre de 2013

Tal como habíamos prometido en la anterior entrada del viaje a las Highlands occidentales, nos embarcamos en tren para un largo recorrido de más de 8 horas hacia el lugar más septentrional de la red ferroviaria británica: Thurso. Si en el caso anterior, el recorrido comenzó y terminó en Glasgow, en este caso sería Edimburgo el principio y final del recorrido, que ha terminado hace escasas horas. En otra entrada anterior habíamos hablado también del Forth Bridge, el mítico puente ferroviario que se construyó en Edimburgo de 1883 a 1890 para atravesar el estuario del Forth y dar continuidad hacia el norte a la línea ferroviaria. Ese puente tendríamos que atravesarlo al comenzar este nuevo viaje y justamente lo que se ve en la foto es la perspectiva del estuario desde el puente.

Rumbo a las Tierras Altas de Escocia (Highlands): Oban

28 de noviembre de 2013
Hay una región en Escocia, al norte de Glasgow y Edimburgo, donde la tierra, la montaña, los ríos, los pastos y el mar se funden en una misma cosa. Tierras duras, agrestes, escasamente pobladas, donde las ovejas tienen el tamaño de terneros y el ganado bovino posee curiosos pelajes. Donde el mar aparece trufado de islas de diversos tamaños. Donde la vida discurre ahora de modo placentero. Esa región es las Highlands (Tierras Altas). Hasta esas remotas zonas ha llegado el ferrocarril creando un entramado de líneas que acaban en el borde del mar y donde los trenes llegan hasta casi el mismo dique donde atracan los barcos, que alcanzan las islas más distantes. Todo ello bañado por el cambiante sol de cada hora, de cada época del año, sonorizado con la música celta. Durante muchos siglos su menguante población vivió del pastoreo o se vio forzada a emigrar por la presión de los terratenientes o por la gran hambruna desatada en 1840. Hasta que un día llegó el ferrocarril, hizo permeables los valles, conectó los puertos con el interior y éstos con las islas. Y abrió una nueva fuente de riqueza en un territorio que parecía ajeno a la modernidad. Un Blog ferroviario como éste, que ha llegado hasta las tierras de Laponia, no podía dejar de lado a las Highlands y hasta aquí hemos venido en tren para contarlo.

Edimburgo: Forth Bridge, un mítico puente ferroviario

26 de noviembre de 2013
Cuando se observa el panorama de Edimburgo hacia el Norte desde el promontorio del Castillo, se ve gran parte del Estuario del río Forth, que es una frontera natural para la expansión de la ciudad y que lo fue también para sus comunicaciones ferroviarias con el Norte. Por eso, cuando en 1880 se planteó enlazar Edimburgo con la línea ferroviaria ya construida entre la orilla norte del estuario y Perth la solución no podía ser otra que construir un puente sobre el río. Pero ese puente debería tener suficiente altura como para permitir el paso de los grandes barcos bajo él y también conectar a uno y otro lado a nivel del terreno, con elevadas orillas sobre el río. Y se diseñó y construyó en 7 años, siendo uno de los más interesantes puentes ferroviarios de todo el mundo. Por eso, un viaje ferroviario a la capital de Escocia debe incluir forzosamente la contemplación de tan magna obra.

Edimburgo: una gran estación bajo dos puentes con mucha historia

25 de noviembre de 2013

Edimburgo es una ciudad que sorprende al visitante y también al viajero ferroviario. Su ciudad vieja, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, tiene como centro su celebre castillo que ocupa la parte más alta de lo que aquí se llama "crag and tail" (cresta y cola). Pero aún sin subir a la ciudad vieja, el entorno de la estación Waverley ya ofrece suficientes atractivos para el viajero como para dedicarle aquí un largo comentario. Y esto que vemos en la foto es la estación ferroviaria situada en una vaguada entre la ciudad vieja y la nueva, bajo dos puentes con mucha historia, uno de los cuales ha dado nombre a la estación.

Glasgow: una vieja estación de Caledonia, una moderna estación británica

23 de noviembre de 2013
Al viajero que llega a la estación de Glasgow Central se le tienden literalmente las alfombras. Y lo que ahí vemos es una de ellas, en una de las puertas nobles del edificio. Ese escudo nos recuerda que la estación fue construida por la Compañía del Ferrocarril de Caledonia, nombre que los romanos dieron a Escocia a la que no llegaron a conquistar. Finalmente le construyeron dos muros al sur, el de Antonino y el de Adriano y dejaron a los escoceses tranquilos. Siglos más tarde llegó el ferrocarril y Escocia empezó a estar más cerca de Inglaterra en un edad temprana del transporte ferroviario. Nació la Compañía del Ferrocarril de Caledonia, en 1830, y los ferrocarriles locales ya tendidos en el entorno de Glasgow y Edimburgo avanzaron hacia el sur para conectar en Carlisle con las líneas inglesas. El tráfico creció y creció y la primitiva estación dio paso, en 1879, a la primera fase del soberbio edificio de la Estación Central de Glasgow, al norte del río Clyde.

Belfast-Glasgow: agitado trayecto combinado entre ferry y ferrocarril

22 de noviembre de 2013
Esta imagen parece de todo menos parte de un viaje ferroviario pero lo es. Se trata de la primera parte de un viaje combinado entre barco y tren, que por tierras anglosajonas llaman Rail&Sail, y en los que con un único billete puedes trasladarte de una isla a otra siendo sencillo, en la mayor parte de los casos, el transbordo porque el tren llega hasta la misma terminal marítima donde atracan los ferries. Desgraciadamente en ninguno de ellos entra el tren dentro del barco como si sucede entre algunos puertos alemanes y Dinamarca o Suecia y entre el sur de Italia y la isla de Sicilia, por ejemplo.


Pues bien, este miércoles tocaba ir de Belfast a Glasgow, tras haber pasado unos días en ambas Irlanda. Parecía sencillo porque la distancia es corta -como podemos ver en el mapa- y no se preveía ninguna descoordinación entre barco y tren. Pero una cosa es la previsión y otra lo que realmente sucedió.

Grandes proyectos ferroviarios internacionales (X): Los túneles submarinos Gran Bretaña-Irlanda

5 de octubre de 2013

El 6 de mayo de 1994 fue inaugurado el túnel bajo el Canal de la Mancha, de 50,5 km, que ponía fin al aislamiento ferroviario del Reino Unido respecto del Continente europeo. Uno de los aspectos que ha facilitado el tráfico ferroviario entre ambas orillas del Canal ha sido el común ancho de vía que comparten Gran Bretaña y la mayor parte de los países europeos. Pero el Túnel del Canal no es el único proyecto ferroviario que se ha desarrollado en el Reino Unido para salvar su aislamiento ya que se han considerado otras opciones de conexión con la República de Irlanda y también con Irlanda del Norte. Y de ellas vamos a tratar en esta entrada.