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Un agitado viaje en el último tren Belgrado-Tesalónica

3 de septiembre de 2016

Esta noche he asistido a un entierro ferroviario, pero no de acompañante sino en el féretro del difunto. Y el difunto no era otro que el mugriento tren 335 "Hellas" Belgrado-Tesalónica, cuyo coche de literas de los Ferrocarriles de Macedonia, que se ve en la foto, ha sido mi albergue durante unas 10 horas. Ojalá renazca dentro de un año con la vía ya abierta. Veníamos de Zúrich en un tren bastante bueno con destino Belgrado, viaje que les hemos contado en esta anterior entrada del Blog. En Belgrado había que subir a un nuevo tren nocturno que sólo verlo en la estación daban ganas de salir corriendo. Los otros coches que siguen a ese estaban tan grafiteados y sucios por fuera que no reproducimos por pudor. Hasta Tesalónica, ya en Grecia, hemos recorrido de Norte a Sur Serbia y Macedonia para entrar luego en Grecia, Durante el viaje, de más de 14 horas, además de recorrer esos países, hemos sufrido 4 controles de policía y un transbordo en autobús porque el tren se queda en la frontera sur de Macedonia. Hemos tenido también que soportar a una maleducada tripulación macedonia en el coche de literas. Todo ello con más detalles y fotos en las líneas que siguen.

El ferrocarril europeo se llena de controles y vallas

30 de abril de 2016

El 14 de junio de 1985 se firmó en la localidad luxemburguesa de Schengen un acuerdo para la supresión de los controles fronterizos en la Unión Europea. Los firmantes iniciales fueron 5 estados miembros de la Unión Europea. El Espacio Schengen -que así ha pasado a denominarse la zona sin controles creado por el Acuerdo- está compuesta actualmente por 26 estados, de los cuales cuatro no son miembros de la Unión Europea. Ese acuerdo ha contribuido durante muchos años al impulso de los viajes entre los países firmantes, convirtiendo los desplazamientos en toda el área como si se hiciera dentro de cualquiera de los países. Los trenes, aviones, barcos, automóviles que se mueven entre países Schengen han multiplicado sus desplazamientos sin las trabas y controles que se padecen cuando se viaja fuera de ellos. Esto ha sido así durante años, pero las cosas empezaron a torcerse, primero con los actos terroristas y, más recientemente, con la crisis de los refugiados hasta el punto de casi hacer saltar por los aires el espíritu de ese Acuerdo. Y el ferrocarril ha sido una de sus víctimas. Europa no había conocido una situación así desde que en agosto de 1989 comenzaron a caer las vallas del Telón de Acero que dividió durante décadas nuestro Continente desde el Ártico hasta los Balcanes.

El ferrocarril protagonista de una huida desesperada (y V): Estación Central de Viena, puerta del Primer Mundo

27 de octubre de 2015

Viena ha venido inaugurando durante los últimos meses su nueva estación central a medida que se han ido terminando las diversas fases. El próximo 14 de diciembre recogerá ya al completo los tráficos de Larga Distancia que están diseminados en otras estaciones. Junto a los edificios de esa bella estación se encuentra el rascacielos de las oficinas centrales de sus ferrocarriles (ÖBB). Poco a poco la estación va ganando trenes y viajeros hasta que sus 12 vías vean cómo llegan o salen de ella tráficos para gran parte de la Europa Central y del Este. Pero lo que nunca concibieron los arquitectos de este gran edificio es que parte de sus instalaciones se convirtieran en una inmensa zona de acogida de miles de refugiados de Oriente Medio y de Asia que huyen de países en guerra o con situaciones de miseria para buscar una vida mejor. Aquí encuentran un espacio de paz y tranquilidad, mientras emprenden el viaje a su destino final. Con ellos hemos estado y visto la gran labor que hacen los voluntarios que encauzan este flujo.


El ferrocarril protagonista de una huida desesperada (III): Belgrado, un día en el campamento de refugiados junto a la estación

6 de octubre de 2015

Día 5 de octubre. Estación de Belgrado -que aquí vemos en la foto tomada con las primeras luces de ese mismo día. Son las 9,15 de la noche y mientras espero un tren nocturno para Sofia, en Bulgaria, llega un tren que apenas se divisa en la semipenumbra que inunda a esa hora los andenes de la estación. Desde el lugar en el que estoy situado observo una fila interminable de refugiados que buscan la salida en dirección al gran campamento montado en dos parques aledaños. Me acerco al tren: sólo tiene tres coches y viene de Skopje, la capital de la República de Macedonia. Parece inverosímil que los centenares de personas que comienzan a desfilar por el andén hayan venido en un tren tan corto y, encima, sin iluminación en los coches. La policía serbia, que está allí, no les pide documentación. Sólo los dirige hacia el cercano campamento. Ese tren, en su camino hacia Belgrado, ha pasado por Presevo, en territorio serbio pero muy cerca de Macedonia. Allí hay más de 4.000 refugiados que han llegado en tren desde Grecia esperando otros trenes para arribar a Belgrado. Un éxodo interminable. Nosotros también hemos llegado a Belgrado pero desde Budapest, atravesando la cruel verja que Hungría ha construido en su frontera con Serbia. Todo el día de ayer hemos querido pasarlo en el propio campamento a donde ahora se dirigían esos fugitivos de las guerras y de la pobreza. Y éste es el relato de un día muy intenso.

El ferrocarril protagonista de una huida desesperada (II): De Budapest a Belgrado, atravesando una férrea frontera

4 de octubre de 2015

Frontera ferroviaria entre Hungría y Serbia, al sur de la localidad de Kelebia. La barrera metálica de 175 km tiene aquí una puerta. El tren se detiene. Se abre la puerta, bajo la atenta mirada de un grupo de militares húngaros, colocados en el camión que se ve a la izquierda. Pasado el tren, la puerta vuelve a cerrarse y entramos en territorio serbio. He podido vivir hoy en directo lo que tantas veces hemos leído estas semanas atrás en los periódicos y visto en las cadenas de televisión. Pero por mucha información previa que se tenga, verlo en el propio lugar impresiona mucho más. Esa valla metálica tiene concertinas de púas a ras de suelo y en la parte superior, Es infranqueable. Además, por el lado de Hungría, hay un ancho pasillo en el que se ha despejado toda la vegetación y por donde transitan unidades militares. No estamos en los años del Telón de acero que dividió a Europa durante décadas. Esta frontera es de la Unión Europea. No he podido por menos que recordar aquel otro muro divisorio que crucé varias veces en los años 60 del pasado siglo. Aquél sólo tenía un añadido más: la franja de terreno estaba también minada. De momento aquí no hemos llegado a tanto. Pero antes de pasar por ese punto hemos recorrido bastantes kilómetros en tren pues el viaje ha comenzado en la estación de Budapest-Keleti a las 10 de la mañana.

El ferrocarril protagonista de una huida desesperada (I): Hungría blindada

3 de octubre de 2015


Estamos en Hungría y esta foto de la Agencia Reuter es de hace justamente un mes, cuando el caos se apoderó de la estación Budapest-Keleti en la que miles de refugiados provenientes en su mayor parte de Siria, querían llegar a Alemania y otros países huyendo de los horrores de la guerra en aquel país. Este Blog, que está dedicado a los viajes ferroviarios en vivo y en directo, no podía sustraerse a este impresionante éxodo de cientos de miles de ciudadanos de países afectados por una guerra cruel y despiadada. Por eso nos hemos venimos al epicentro de este movimiento humano en el que el ferrocarril se ha transformado en el medio masivo de transporte para la huida. Hemos llegado a Hungría pero nuestro propósito es viajar más allá, atravesando Serbia y Bulgaria para ir a la Turquía asiática donde se reúnen los refugiados que dan el salto a Europa a través de Grecia y Macedonia. Tras varias semanas de viajes por todo ese corredor ferroviario volveremos hacia Occidente a través de Austria que sirve de puente, por medio de la estación central de Viena, para éste éxodo imprevisto, Veremos los problemas del desarraigo y aquellos con los que se han encontrado ya estos miles de personas tras el blindaje de las fronteras y las restricciones al tráfico ferroviario para dificultar sus movimientos.