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El tren en el bolsillo: auge de las aplicaciones ferroviarias móviles

20 de noviembre de 2014

Esta imagen combinada de los billetes ferroviarios de antaño y los de ahora es el mejor ejemplo de que en el ferrocarril en menos de un siglo todo ha cambiado, hasta el formato de los billetes. Los de la izquierda son billetes de cartón impresos con el sistema Edmonson, llamados así por el nombre de su inventor, el inglés Thomas Edmonson, que fue nombrado en 1862 jefe de estación en Milton, de la línea ferroviaria entre Newcastle y Carlisle. Viendo la complejidad de los billetes que hasta entonces se usaban y su facilidad para deteriorarse, diseñó esas cartulinas parcialmente preimpresas con medidas de 57,1 x 30,9 mm o similares, y cuya inscripción detallada con los datos del viaje se imprimían en las estaciones en una máquina especial. Esos billetes pronto se extendieron a todos los ferrocarriles del mundo y en España se usaron hasta que a finales de los años 50 fueron sustituidos progresivamente por sistemas más modernos. A la derecha tenemos un billete en formato electrónico que Renfe implantó en su modelo inicial en el verano de 2012, en línea con otras muchas operadoras ferroviarias.

Un viaje al pasado en el ciberespacio: el aterrizaje de Renfe en Internet

14 de marzo de 2014

Internet es una herramienta maravillosa, que ha revolucionado el mundo de las comunicaciones y de la información. Y también lo ha hecho en el mundo del ferrocarril. Pero Internet es una herramienta nacida hace muy poco tiempo. Quienes son sólo usuarios de ella tal vez desconozcan que tal como la conocemos ahora data de 1991, pues fue el 7 de agosto de ese año cuando se publicó el proyecto de la WWW (World Wide Web). Enseguida comenzaron a aparecer las primeras páginas bajo ese protocolo abiertas a quien quisiera acceder a ellas. Un par de años más tarde se declaró la gratuidad de las webs, sin más costes para acceder a ellas que la conexión a internet, salvo para las que fuesen de uso restringido y requiriesen de registro. Las operadoras ferroviarias vieron enseguida una potente herramienta para dar a conocer los horarios de sus servicios y redactaron sus webs que inicialmente tenían escasa información pero que se fueron ampliando con el paso del tiempo y el incremento de la velocidad de conexión.

Renfe no fue ajena a este gran avance y pronto colgó en Internet su información, aunque la historia de la informática en Renfe es mucho más antigua, como podemos leer en este trabajo de José Mariano Rodríguez Martínez, de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. En ese documento, su autor nos cuenta cómo el 8 de julio de 1968 se comenzaron a expedir billetes electrónicos por parte de la Operadora. Como todo lo que se lanza a la red queda en ella, hemos accedido a los potentes servidores informáticos que almacenan todo lo que se publica en Internet y rescatado esa historia para disfrute de los lectores del Blog.


La publicidad ferroviaria a la búsqueda de viajeros (II)

19 de febrero de 2014

En la anterior entrada de esta serie escribíamos sobre la publicidad en prensa de las operadoras ferroviarias en los años iniciales. Llegó la televisión y la publicidad de los servicios ferroviarios rápidamente encontró hueco en la pequeña pantalla. En la mayor parte de los países las antiguas compañías ferroviarias habían sido ya nacionalizadas o lo fueron los servicios de viajeros que prestaban, como sucedió en los Estados Unidos, donde Amtrak asumió el 1 de mayo de 1971 los servicios interurbanos. Apenas Amtrak comenzó a prestarlos inundó la televisión con sus spots. Y en este vídeo que enlazamos tenemos una interesante recopilación de los emitidos en sus primeros 20 años de existencia.

Estados Unidos en tren, de costa a costa (y III): Regreso por Chicago y las cataratas del Niágara

17 de septiembre de 2013
El Mount Vernon es uno de los espectáculos visuales más bellos que pueden contemplarse desde el Amtrak Cascades. Este tren, diseñado y fabricado por Talgo, circula en Estados Unidos, desde el 1 de mayo de 1971, entre Eugene (Oregon) y Vancouver (Columbia Británica). Nuestro viaje hacia el Oeste había tocado a su fin y viajar en este tren fue un bonito preámbulo de la vuelta hacia Nueva York, final de nuestro viaje ferroviario.

Estados Unidos en tren, de costa a costa (II): Hacia la costa Oeste





Caos de tráfico en una calle neoyorkina, precisamente donde se encuentra la estación Van Wagner del Metro

Para empezar el viaje, no estaba nada mal hacerlo por aquel que fue uno de los muchos puertos, si no el principal, de entrada migratoria desde Europa. Vi en Nueva York y su bulliciosa urbe, un sitio único. Presidida por la Libertad como baluarte, por sus imponentes rascacielos, y por su escandalosa agitación… que lleva a comprobar la razón del célebre ensayista Javier Gomá cuando habla del ser humano como único y repetible (en vez de único e irrepetible). En tan populosa ciudad, seres humanos había por doquier únicos, pero en definitiva repetibles y reemplazados siempre por más visitantes, más jóvenes que llegaban a probar fortuna, más buscadores de oro en el mercado bursátil, más comerciantes, más defensores de derechos, más predicadores…  Únicos y repetibles. Estuve sólo unos días, en albergues “low cost” pues es lo que permite la economía de un estudiante, y ahorro citar las “delicatessen” que degusté.


Estados Unidos en tren, de costa a costa (I): Consideraciones generales

En el mes de agosto de 2010, cuando regresaba de un viaje ferroviario por el norte de Noruega y Suecia, me tropecé casualmente en el mismo tren en el que viajaba, en la frontera entre ambos países, más arriba del Círculo Polar Ártico, con un joven estudiante español, apasionado por el ferrocarril. Al igual que yo, también volvía en el mismo tren desde Narvik (Noruega) hasta Estocolmo pero iba realizando el Interrail. Intercambiamos algunas palabras en esa conversación y me contó que el año anterior había realizado un viaje en ferrocarril de costa a costa por Estados Unidos. El mapa situado sobre estas líneas (seleccionar para verlo completo) recoge en síntesis el recorrido de ida (líneas negras) y el de vuelta (líneas verdes). El relato que sigue es el de su viaje, redactado por él mismo, así como las fotografías. Parte de los escenarios descritos no me eran desconocidos porque también había hecho ese trayecto de costa a costa aunque en avión. Un detalle preciso de las líneas ferroviarias norteamericanas, gestionadas por la operadora estatal Amtrak, se puede consultar en este enlace. Estados Unidos no es precisamente el país de los viajeros ferroviarios de Larga Distancia. Por eso tiene más interés el pormenorizado relato que insertamos a continuación.