Mostrando entradas con la etiqueta Ferrocarril de Lituania. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ferrocarril de Lituania. Mostrar todas las entradas

Letonia: el ferrocarril congelado en el tiempo

2 de agosto de 2014


La imagen superior pertenece a la playa de vías del Museo del Ferrocarril de Letonia y la de abajo a la playa de vías de la estación central de Riga, la capital de Letonia. La locomotora roja que vemos en la parte superior es una unidad de la TEP60, fabricada en 1960 y de la que los ferrocarriles de Letonia llegaron a tener 52 unidades. En la de abajo vemos tres unidades eléctricas autopropulsadas de la serie ER2 fabricada por RVR en 1962 y que aún siguen prestando servicio en los Ferrocarriles de Letonia. La de la derecha ha sido modernizada en 1987, y en su interiorismo y testeros en 2007, pero básicamente se trata de trenes con más de 50 años, herencia de la época soviética de Letonia, aunque fueron construidos en Riga. Estos son los trenes que hacen los servicios actualmente. Hacía tiempo que no veía en un país tan poca distancia cronológica entre el material preservado en su museo ferroviario y el que circula en la red. Pero así es el ferrocarril de Letonia, congelado en el tiempo frente a la modernidad que exhiben los servicios ferroviarios de Estonia y Lituania. Enseguida sabremos la causa.

Las paradojas del ferrocarril báltico: trenes directos a Moscú pero ningún tren entre esas repúblicas

27 de julio de 2014


Esta doble imagen es una muestra de la descoordinación ferroviaria existente entre las tres repúblicas bálticas. Están tomadas en la estación fronteriza de Valga, población a caballo entre Letonia y Estonia. Me dirigía desde Riga a Tallinn. Para ello tuve que tomar un tren directo diésel de Riga a Valga. Ese tren es el que aparece en la foto superior. En esa moderna estación, cuya construcción ha sido financiada por la Unión Europea, hube de esperar varias horas hasta que apareció un tren de Estonia (foto inferior), que me llevó hasta Tallinn. Tres países -junto con Lituania- con el mismo ancho de vía pero que no pueden asegurar la conexión ferroviaria entre ellos. De los tres pares de trenes de cada uno de los dos países que convergen en esa estación sólo una de las opciones de transporte tiene coordinación horaria para dar continuidad al viaje. El resto de los horarios se organizan de forma independiente. Sin embargo, Estonia, Letonia y Lituania tienen fácil conexión directa con Moscú, Minsk, San Petersburgo y Kaliningrado. Parece como si la independencia alcanzada por estos países en 1991 frente a la Unión Soviética no se hubiese trasladado aún a su organización ferroviaria.

Lituania, país pequeño ferrocarril potente

4 de julio de 2014


Lituania es un país pequeño (65.303 km2 y 3.218.000 habitantes) pero es la más grande de las Repúblicas Bálticas. Su historia es un constante devenir de invasiones, desde los mongoles en el siglo XIII hasta los rusos en 1940, sin olvidar la tremenda destrucción durante la Segunda Guerra Mundial y las deportaciones y asesinatos en masa. Hoy, tras su independencia en 1991 y su ingreso en la Unión Europea en 2004 está conociendo una etapa de prosperidad y desarrollo como nunca había experimentado con anterioridad. Y en ese desarrollo se incluye también a su sector ferroviario. Un pujante y moderno ferrocarril atraviesa todo su territorio con 1.768 kilómetros de vías en el que el transporte de mercancías supone una elevadísima cuota con más de 48 millones de toneladas anuales. Las fotos que encabezan esta entrada corresponden a dos vistas en la estación de Vilna, la capital de Lituania. Un moderno parque de trenes de viajeros -de los que hay ahí una muestra- y un larguísimo tren mercante con doble tracción ilustran lo que contaremos a continuación desde la propia Lituania.

Polonia-Lituania, sin conexión ferroviaria

1 de julio de 2014

El futuro de la relación ferroviaria entre Polonia y Lituania parece próspero, cuando se lleven a cabo totalmente las obras de la nueva línea de alta velocidad Rail Baltica que unirá Varsovia con Tallinn pero, mientras duran las obras, esos dos países han quedado aislados por ferrocarril, tanto para viajeros como para mercancías. Un único tren diario parte desde la estación Zachodnia de Varsovia y penetra unos kilómetros en territorio lituano, hasta Šeštokai, donde concluye la vía de ancho estándar. Desde allá en adelante todo son obras y las vías están desmanteladas hasta Kaunas. En la foto superior, la frontera entre Polonia y Lituania. En ese punto desolado concluye la vía de un país y comienza la del otro. Este es el panorama cuando me dirigí desde Varsovia a Vilna, la capital de Lituania.