Finalizada ya la Eurocopa 2012 con el éxito que todo el mundo sabe, no ha habido posibilidad alguna de que la "Roja" jugase un partido en el "Stadion Narodowy" de Varsovia, porque los cruces nos situaron en otras ciudades. Por eso me parecía interesante trasladarnos ferroviariamente a la capital polaca para disfrute de los aficionados que no han ido allá y para aquellos que, no siéndolo, deseen algún día ir a Varsovia.
Estaba en Viena el pasado verano y tomé un tren para trasladarme a través de gran parte de Polonia, hasta su capital. Como en Viena se está construyendo la estación central, que nunca tuvo, el tren había que tomarlo en la estación de Meidling pues era pasante procedente de Villach, en el sur de Austria, muy cerca de la frontera con Italia y Eslovenia. El recorrido completo de origen a destino lo muestra el croquis que está debajo y el tren invierte más de 12 horas en el trayecto. Como lo tomaba en Viena, eran unas 4 horas menos. Se trata de un tren de coches convencionales que agrupa material polaco y de la República Checa en muy buen estado y con bastante comodidad. La tracción la suministran locomotoras de los Ferrocarriles austriacos, de los de la República Checa y de Polonia, en los distintos tramos del recorrido. También lleva coche restaurante con comida a la carta a un precio realmente irrisorio.
Rótulo en los coches del tren con indicación de las diversas estaciones de parada
El pasado verano, gran parte de la línea en territorio
polaco estaba en obras de mejora, precisamente de cara a la Eurocopa y el día
anterior a mi viaje había ocurrido un desgraciado accidente precisamente en una
parte del trayecto, con bastantes personas heridas. Pero tampoco me preocupaba mucho eso, así que me tomé con calma las horas que pasaría en tren porque valía la pena visitar Varsovia, ciudad que no deja indiferente a nadie.
En Breclav se desengancha la locomotora austriaca y se sitúa en cabeza de la composición una locomotora checa hasta Bohumín en la frontera con Polonia, donde esta locomotora polaca se encargó de llevar el tren hasta el destino. Y a Varsovia llegué puntualmente ya anochecido.
Antes de continuar hay que hacer un paréntesis histórico. Polonia ha sido un país con un gran pasado y muchas vicisitudes, como gran parte de los países europeos. El tener por vecinos a Rusia y a Alemania ha condicionado parte de esa historia hasta tal punto de hacerle perder su independencia política en varias ocasiones y ver alteradas sus fronteras históricas. Pero quizá lo que produjo las mayores tragedías fueron los acontecimientos surgidos en el siglo XX, al hilo de las dos Guerras Mundiales.
En concreto, en la Segunda Guerra Mundial, en su comienzo, se produjo el asedio de Varsovia en el que murieron 10.000 polacos y más de 50.000 resultaron heridos. Posteriormente se produjo el saqueo de la ciudad y la deportación. La respuesta a estas atrocidades fue el levantamiento del gueto de Varsovia y su aplastamiento por las tropas nazis, que culminó al año siguiente con la destrucción de gran parte de la ciudad, en especial la Stare Mesto (Ciudad vieja).
Tras la guerra vino la reconstrucción de Varsovia con la creación de una ciudad nueva al estilo soviético. En 1989 la Ciudad Vieja se declaró por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y una enorme tarea de reconstrucción se produjo durante todos esos años anteriores para dejarla tal como estaba antes de la Guerra.
La foto que inicia esta entrada es la de la Estación Central de Varsovia, inaugurada en 1975. La construcción no fue de muy buena calidad y su diseño bastante poco amigable para los viajeros. En especial por lo intrincado de los pasillos y escaleras ya que los andenes son subterráneos y para cruzar hasta la estación es preciso hacerlo bajo la avenida Jerozolimskie por pasillos donde pululan los personajes más extraños.
Por este motivo se ha hecho una lavado de cara de la estación para la Eurocopa, poniendo escaleras automáticas y adecentando todo el recinto. Junto a la estación se ha construido un moderno centro comercial al que pertenece esta cubierta acristalada.
Como la estación queda en la zona construida en la época soviética, salvo algunos edificios modernos, la estética de lo que se encuentra alrededor hace dudar si uno está en Varsovia o en Moscú y basta ver estas fotos para ceriorarse de ello.
Este edificio de aspecto muy curioso, mezcla de diversos estilos y que incluso tiene un cuerpo superior parecido a la Giralda de Sevilla está casi al lado de la estación y es actualmente el Palacio de la Cultura. Se puede subir a la zona superior y observar una espectacular vista de la ciudad.
También las calles cercanas tienen edificios de viviendas todas ellas cortadas por el mismo patrón arquitectónico, en grandes avenidas por las que se mueve una densa red tranviaria.
Obsérvense los altorrelieves situados en la planta baja de los edificios de viviendas, muy similares a las que hay en el antiguo Berlín Este.
En medio de tan monolítico diseño aún subsisten edificios de la Varsovia de épocas pasadas como esta iglesia también reconstruida.
Pero algo que le da una personalidad especial a Varsovia es su devoción por la música clásica, en especial por Chopin, compositor polaco que es también conocido en España por haber pasado en Mallorca unos meses de su vida. Un museo, en un edifico muy cercano a la Ciudad Vieja, recoge muchos recuerdos de la vida del compositor. En la ceremonia inaugural de la Eurocopa se incluyó música de este compositor.
Museo de Frédéric Chopin
Y además del Museo frecuentes conciertos dedicados a su figura y obra, como los de piano que se celebraban esos días en el Parque Lazienkowskie en medio de los jardines, con los espectadores sentados en los bancos o en el suelo.
Chopin está tan presente en la vida y realidad de Varsovia que su corazón está enterrado en una columna de la iglesia de la Santa Cruz. En su epitafio decía así: "Fue miembro de la familia de Varsovia por nacionalidad, polaco por corazón y ciudadano del mundo por su talento, que hoy se ha ido de la tierra".
En esta misma iglesia hay frecuentes conciertos como el que tuve la ocasión de asistir no sin aguardar bastante tiempo para poder tener asiento. Por cierto que las calles de Varsovia están llenas de bancos para sentarse que reproducen música de Chopin.
Y junto a Chopin la maravilla de la Stare Mesto, donde los edificios parecen tener centenares de años, cuando apenas llegan a 50 o 60. Tan espectacular y detallada ha sido la reconstrucción, que podemos ver en las fotos siguientes.
Suaves laderas ajardinadas llevan desde la Ciudad Vieja al cauce del río Vístula, con una sucesión de parques que embellecen el entorno.
Una red de metro, aún con sólo dos lineas, y el ferrocarril de Cercanías comunican Varsovia con todo el entorno urbano y poblaciones limítrofes.
La red ferroviaria polaca escapó de la destrucción de la Segunda Guerra Mundial porque resultaba fundamental para el transporte de las tropas y del material hacia el frente ruso. Más de 19.000 km con un alto nivel de electrificación permiten desplazarse a todos los rincones del país y comunicarse con otros países europeos y del Este. Precisamente en Polonia se acaba la red de ancho estándar y en su frontera con Bielorrusia hay que cambiar los bogies de los coches.
Toda ella está en proceso de modernización y a partir de 2014 circularán trenes de alta velocidad a 250 km/h por los ejes principales modernizados en estos últimos años.
Varsovia ha sido nombrada Capital Europea de la Cultura en 2016. Con este motivo se celebrarán multitud de actos entre los que destacan los conciertos de órgano barroco, en lugares como el de esta foto. Para entonces se espera una enorme afluencia de turistas atraídos por una ciudad que durante tantos años estuvo escondida y que ahora reluce en todo su esplendor.