Hay mucha vida al otro lado del Tajo en Lisboa. Y para comprobarlo basta tomar uno de los servicios de Fertagus que atravesando el puente llegan hasta las estaciones del municipio de Almada, camino de Setúbal.
Antes de la construcción del puente "25 de abril" la actividad principal de las freguesías costeras era la pesca aunque tampoco faltaba la actividad industrial en los importantes astilleros de Lisnave, cuya factoría de Almada está fuera de servicio, aunque mantiene una intensa actividad en la de Setúbal.
Cuando se inauguró la plataforma ferroviaria en el puente se convocó un concurso internacional para la explotación de la nueva línea y Fertagus, empresa propiedad del Grupo portugués Barraqueiro, obtuvo la concesión que lleva explotando por más de 12 años. Hoy los trenes blanquiazules de dos pisos de esa operadora transportan unos 90.000 viajeros diarios entre ambas orillas del Tajo en Lisboa.
Desde Cacilhas, una de las freguesías de Almada, situada en el borde del río, Lisboa parece menos accidentada de lo que es en realidad ya que la distancia suaviza el perfil de sus colinas. Hasta allá puede uno llegar por mar -en uno de los transbordadores- o en tren, tomándolo en cualquiera de las cuatro estaciones que sirve Fertagus en la margen norte: Roma-Areeiro, Entrecampos, Sete Rios o Campolide, para apearse en la estación de Pragal al otro lado ya del puente. Allí se enlaza con otra red, en este caso de tranvías, aunque ostenta el nombre de "Metro Sul do Tejo", explotada también por una empresa del mismo grupo que Fertagus.
Corrois, Cacilhas y Universidade son las tres patas de la red, construida en forma de "Y". Una amplia información de los servicios puede encontrarse en el Sitio Oficial de la operadora.
Y aunque su nombre sea el de Metro toda la red es de superficie servida por modernos tranvías con los mismos colores de los trenes de Fertagus.
La velocidad de circulación es muy buena, incluso en zonas urbanas. Desde Pragal hasta Cacilhas hay una gran diferencia de cota, unos 70 metros, que es la misma que la altura de la plataforma ferroviaria del puente sobre el Tajo hasta la superficie del agua.
Junto al puerto de Cacilhas está situada la terminal de dos de las líneas del Metro Sul y comparte un moderno intercambiador también con los autobuses.
Esta simpática localidad pesquera del Tajo es un bullir de turistas porque aparte del atractivo que supone cruzar hasta ella en uno de los transbordadores marítimos, varios restaurantes situados junto al intercambiador presentan lo mejor de los productos de la mar y también de la tierra portuguesa.
El regreso por tren a Entrecampos permite ver, entre un concierto de viaductos de los distintos enlaces de carreteras, gran parte del Acueducto de las Aguas Libres, precisamente en su parte más elevada, tal como se divisa en esta foto.
Mientras el tren recorría los últimos kilómetros hasta el destino, por los auriculares escuchaba en una emisora la música melancólica de un fado. Es la sensación que se siente cuando se abandona Lisboa aunque siempre es fácil volver: no en vano está muy cerca aunque cada vez más lejos por las escasas conexiones ferroviarias con España. Adeus...