La estación francesa de ferrocarril de Perpiñán tiene una vasta historia pero ninguna como la que la ha convertido en el "centro del mundo", epíteto que se ha hecho muy popular y con el que los ferrocarriles del país vecino la adornan en todas sus actuaciones.
Quise saber el origen de esa curiosa centralidad en un viaje ferroviario desde Barcelona a Perpiñán y me enteré de la historia que ahora cuento.
Resulta que el genial pintor catalán Salvador Dalí quiso enviar en una ocasión diversos cuadros suyos a Estados Unidos. Por motivos que desconozco, debían ser trasladados en ferrocarril hasta el puerto de embarque y decidió hacerlo desde la estación de Figueres, en Girona. Quizá por el tamaño de los lienzos o por lo inusitado de la expedición, Dalí no encontró demasiadas facilidades, por lo que se desplazó hasta Perpiñán a hacerlo desde allí.
Era el 19 de septiembre de 1963 y Dalí, con sus lienzos a cuestas, desembarcó en la estación de Perpiñán donde narraba que había tenido una visión en la que percibió claramente que se encontraba en el centro del mundo. En una ocasión y preguntado al respecto Dalí dijo: "Siempre en la estación de Perpiñán he tenido las ideas más geniales de mi vida. La llegada a la estación de Perpiñan es la ocasión para una verdadera eyaculación mental que alcanza su más grande y sublime altura especulativa. Experimento en la estación de Perpiñán una especie de éxtasis cosmogónico más fuerte que en ocasiones precedentes. Tengo una visión exacta de la constitución del Universo. El Universo, que es una de las cosas más limitadas que existe, sería -guardando las proporciones- similar por su estructura a la estación de Perpiñán".
Esa visión la plasmó Dalí con posterioridad en su cuadro "La estación de Perpiñán" y que reproduzco encima de estas líneas. En el centro de la pintura una vagón de mercancías con los bogies colocados de forma transversal representa quizá las facilidades que allí encontró para enviar sus pinturas a Estados Unidos. Y también es la representación gráfica de lo que había expresado con sus palabras.
Con independencia de esta anécdota, que hoy día ya es historia, la estación de Perpiñán vio pasar durante muchos años al "Catalán Talgo" servicio que se realizaba con el mítico Talgo III y que inicialmente llegaba hasta Ginebra pero que en sus últimos años hacía el recorrido sólo desde Barcelona a Montpellier. En una par de ocasiones fui hasta Suiza en ese Talgo pero este vez me apeé en Perpiñán y allí lo inmortalicé en esta foto, ya irrepetible porque el tren fue retirado definitivamente con el comienzo de las circulaciones de los TGV franceses hasta Figueres.
La estación de Perpiñán tenía entonces (no hace tanto tiempo) el aspecto que revelan estas dos fotografías.
Y cobijaga a los TGV que han extendido su trayecto hasta Figueres y próximamente lo harán hasta Barcelona y quizá a Madrid.
Y también a las modernas unidades de los servicios regionales del Languedoc-Rosellón y otros muchos trenes.
Las obras del nuevo vestíbulo de la estación, situado en la planta baja del Centro Comercial "El Centre del Mon", estaban entonces muy avanzadas y, tras su inauguración, se está procediendo ahora a restaurar cuidadosamente la marquesina metálica de la estación histórica.
Estas dos fotos del Ayuntamiento de Perpiñán muestran una vista general de la situación de la estación. En la parte de allá de las vías el nuevo vestíbulo y Centro Comercial y en la siguiente una vista próxima en la que se ven los nuevos edificios y la estación histórica.