Museo d'Orsay, una de las más bellas estaciones de París convertida en Centro de Arte

11 de febrero de 2016

Fachada principal del Museo d'Orsay que ha respetado el porte exterior de la antigua estación

Cuando viví en París hace ya bastantes años me llamaba la atención la majestuosidad exterior del edificio de la Gare d'Orsay, cerrada ya al tráfico ferroviario desde 1958, aunque los trenes de Grandes Líneas dejaron de utilizarla en 1939. Esta estación parisina fue puesta en servicio el 28 de mayo de 1900 como inicio del ferrocarril París-Orléans, cuyos trenes prolongaron su recorrido desde la estación de Austerlitz, y durante la Exposición Universal de 1900 fue la estación de recepción de las muchas autoridades extranjeras que concurrieron a la capital de Francia para ese evento. En enero de 2012 nos referíamos brevemente a ella en esta entrada del Blog y desde que abrió el Museo que se alberga en este histórico edificio, el 9 de octubre de 1987, no hemos dejado de ver alguna de sus salas en nuestras estancias en París. Ahora que hemos vuelto a la Ciudad Luz planificamos una nueva visita detallada al Museo para admirar el arte que alberga y recordar su pasado ferroviario.

La reconversión para equipamientos públicos de antiguas estaciones ferroviarias de valor histórico es una asignatura que no siempre se ha aprobado con sobresaliente en las diversas ciudades. Barcelona convirtió en estación de autobuses la antigua estación del Norte y se planteó deshacerse de la de França, proyecto que afortunadamente no se ha llevado a cabo, al menos hasta este momento. En Berlín, los destrozos de la guerra dañaron tan severamente la histórica estación Lehrter que acabó siendo pasto de la piqueta.





De arriba abajo, vestíbulo y andenes de la estación de França en Barcelona, y estación del Norte cuando aún tenía tráfico ferroviario. (Está última original de Llum Martínez)


Edificio histórico de la Lehrter Bahnhof de Berlín, ya desaparecida, en cuyo solar se alza hoy la estación central de la capital alemana (Foto: Archivo Federal de Alemania)

En Madrid, el antiguo edificio de la estación de Atocha ha corrido mejor suerte y es hoy un jardín tropical, antesala de la terminal de salidas de la estación de Puerta de Atocha. Pero la de Príncipe Pío tiene su vestíbulo abandonado y el interior de su antigua marquesina convertido en un centro comercial.



Jardín tropical en la antigua zona de andenes de la Estación de Atocha



El vestíbulo monumental de la estación madrileña de Príncipe Pío, que no acaba de encontrar un proyecto para su puesta en valor

Sobre la estación parisina de Orsay (también conocida como Gare d'Orléans) se cernieron los peores presagios y a punto estuvo de caer bajo la piqueta. Aún recuerdo las enormes discusiones que hubo en la prensa parisina, singularmente en el diario Le Monde. Se hicieron todo tipo de propuestas a cual más extraña, como la de convertirla en una plataforma para helicópteros. Nadie sabía qué hacer con ella. Su uso ferroviario había quedado sustituido por la línea C del RER, una de cuyas estaciones en subterráneo se construyó junto a la propia estación de Orsay. Durante años se sucedieron los estudios, informes, discusiones... sin resultado alguno.

Mientras, el edificio se fue deteriorando paulatinamente y no se encontró mejor destino que usarlo como aparcamiento de coches.


Antigua postal de la Gare d'Orsay cuando aún tenía el nombre de Gare d'Orléans


Gare d'Orsay en 1905 cuando los trenes circulaban por debajo de ese vestíbulo



Interior de la Gare d'Orsay durante las inundaciones de 1910 en París. El agua inundó totalmente las vías y subió hasta el vestíbulo que vemos aquí convertido en una piscina



Tráfico de trenes cuando la estación estaba en funcionamiento. Se ve la posición de los andenes a cota inferior a la del vestíbulo



La foto más vergonzosa de la Gare d'Orsay convertida en estacionamiento de coches cuando no se sabía qué hacer con el edificio


Corte transversal de la Gare d'Orsay tal como fue diseñada por su arquitecto Victor Leloux. Vemos la situación de los andenes bajo el vestíbulo y las escaleras de conexión

La salvación llegó en 1973 cuando el edificio fue inscrito por el gobierno francés en la lista de monumentos históricos y el presidente Pompidou acogió con interés la idea de construir allí un museo.


La antigua estación de Orléans, hoy Museo de Orsay, vista desde la orilla de enfrente del Sena, donde se encuentra el Jardín de las Tullerías. El edificio original, antes de ser transformado para estación, fue el Tribunal de Cuentas al que pertenece aún el edificio más bajo de la izquierda


Las obras tardaron en llegar pero al fin, el presidente Mitterrand inauguró el Museo de Orsay en la antigua estación el 1 de diciembre de 1986. Abriría sus puertas al público el 9 de octubre de 1990. Los visitantes pudieron comprobar cómo el interior del vestíbulo había conservado la espectacular decoración de estuco de la bóveda y hasta el antiguo reloj estaba en funcionamiento. 


Vista de la bóveda de cañón que remata el interior del antiguo vestíbulo. Cuando se puso en funcionamiento la estación, previamente se había electrificado el tramo hasta la de Austerlitz, por medio de un tercer raíl lateral con suministro de corriente contigua a 600 v. De esta manera no entraban en este edificio locomotoras de vapor lo que permitió recubrir la estructura metálica de la bóveda con estuco.

 
Reloj que remata la fachada interior, probablemente el más lujoso que haya instalado en ninguna estación del mundo




Original composición en la que vemos el estado actual de la Gare d'Orsay como Museo y un dibujo de una locomotora bajo la bóveda



Uno de los dos grandes relojes que rematan la fachada lateral que da al río Sena  (Quai d'Orsay) y ese mismo reloj visto desde el interior del Museo


Ángulo de encuentro de la fachada principal con la que da a la rue de Lille, opuesta al cauce del Sena


Aparte del faustoso entorno ferroviario en el que se sitúan las colecciones de arte de la estación y la decoración original de algunas de sus salas, como la de autoridades situada en la planta más alta, la única muestra de pintura ferroviaria que se exhibe es este cuadro del pintor impresionista Claude Monet, con el movimiento de trenes en la estación de Saint-Lazare de París, en 1877. Monet tenía su estudio al lado de la estación y fueron varios los cuadros que pintó con este mismo tema. Otro bastante parecido pudimos verlo anteriormente en la National Gallery, de Londres. 

Hemos querido con esta entrada transmitir de qué forma puede dársele una segunda vida muy honorable a un recinto que durante tantos años sirvió al tráfico ferroviario y que hoy es visitado por millones de personas de todo el mundo llegados a París. Ningún aficionado al ferrocarril que venga a esta ciudad debe dejar de visitarlo. (MAM)
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Web oficial del Museo. En esta web podemos leer la historia y la arquitectura de la estación y conocer las colecciones de arte que alberga el Museo.