Praha Hlavní nádraží // Praga, estación central

2 de julio de 2013

Quizá a un viajero acostumbrado a ver estaciones por todo el mundo, no le sorprenda en demasía la suntuosidad de la estación central de Praga pero si apuntamos que esta estación se comienza a construir en 1871 y se enriqueció con más pabellones de estilo Art Nouveau entre 1901 y 1909, llegaremos a la conclusión de que está muy acorde con la bella capital checa. Estoy escribiendo esta entrada desde la habitación del hotel donde me hospedo estos días y tengo esta vista desde la ventana.

Durante estos días he tenido ocasión de recorrerla y fotografiarla desde diversos ángulos. Quizá las vistas lejanas sean más bellas porque ese edificio histórico que vemos se encuentra en un estado muy deficiente de conservación aunque, afortunadamente, en proceso de restauración por parte de la empresa italiana, Grandi Stazioni, filial de los Ferrocarriles italianos,  que se adjudicó en 2002, por un periodo de 30 años, la gestión de tan importante núcleo ferroviario, tras construir la nueva y moderna terminal que vemos bajo el edificio.

En 2010, último año del que he encontrado datos, la utilizaron más de 22 millones de viajeros en 135.560 trenes.

Ante la creciente demanda de servicios ferroviarios, durante la pasada década se llevó a cabo un gran proyecto de construcción de un nuevo vestíbulo bajo la estación histórica con todos los servicios que exige la atención de los viajeros y multitud de tiendas y servicios auxiliares.


Gracias a ello se ha podido desocupar totalmente el vestíbulo histórico e iniciar las obras de restauración. Un paseo por las dependencias que aún pueden visitarse nos devuelve al pasado esplendor de su construcción original. Así en el andén principal, una estatua en bronce es un homenaje al viajero de antaño y al fondo dos lápidas dedicadas a los ferroviarios muertos en la Segunda Guerra Mundial.




Sin embargo, el interior del vestíbulo Art Nouveau se encuentra cerrado desde septiembre de 2012 y con él la Kavárna que se hizo famosa entonces y a la que se podía acceder por esta puerta del andén principal. Una foto de ese lugar cuando aún se utilizaba está disponible para poder contemplarla. Precisamente hace muy pocas horas he podido visitar las obras interiores de este mítico lugar y se ha procedido a proteger las estatuas y mosaicos mientras se trabaja en la reparación de los muros.


En la fachada principal de la estación llaman la atención las grandes esculturas de cuerpos femeninos, que serán objeto de restauración en los trabajos en curso. Las vallas de obra dificultan ahora tomar fotos de detalle.



La monumentalidad del edificio desde las proximidades se aprecia también en esta fotografía, que hay que tomar no sin poca precaución porque el ayuntamiento de la capital ha hecho pasar una vía rápida por delante de él sin que sea posible atravesarla más que por el nuevo vestíbulo de la estación.

También desde ese emplazamiento se divisan las dos grandes marquesinas metálicas en bóveda que cubren la mayor parte de las vías.


En su interior es constante el tráfico de trenes, entre otros algunos internacionales. Además de la operadora estatal checa Ceské dráhy, dos operadoras privadas la utilizan para los diversos servicios. En la siguiente fotografía vemos un tren de una de esas operadoras privadas, Regiojet, que llama la atención por la librea amarillo chillón de todo su material. Lleva a cabo servicios entre diversos puntos de la República Checa, con un notable abaratamiento de precios. Es muy popular entre los jóvenes ya que se inició con los servicios de autobuses de la Student Agency que complementan sus trenes. Por poco más de 8 € es posible atravesar gran parte del país en uno de sus trenes, como tendremos ocasión de comprobar esta misma semana.


Todo su material es de segunda mano, como esta locomotora checa Skoda, comprada junto con otras 4 a una operadora italiana. En la zona de taquillas esa nueva operadora cuenta con una espaciosa oficina de venta de billetes, que se compran también por internet a mejor precio.


También tiene su hueco en la estación central la nueva operadora privada Leo Express que cubre con modernas unidades autopropulsadas FLIRT de Stadler, el corredor Praga-Ostrava-Karviná. Es la única en la República Checa con material apto para 200 km/h.


No faltan en esa estación central los trenes internacionales, como el Praga-Viena, traccionado habitualmente por una locomotora tritensión de los Ferrocarriles austriacos. En la foto, en el momento en que se da la orden de partida de ese tren.


También llegan a Praga los trenes de la operadora alemana Alex, con servicios, entre otras ciudades, desde Munich. Aquí vemos a uno de sus trenes a punto de partir hacia Praga en la estación central de aquella ciudad alemana, a la que llegué en tren desde Zürich.


Pero lo más llamativo de la estación central de Praga son los modernos "Elefantes", unidades de dos pisos y 3 coches que sirven las Cercanías de Praga. En la cercana estación Masarykovo, especializada en cercanías, podemos contemplarlos con más detalle.



En las horas punta los "Elefantes" circulan en doble composición lo que pone a disposición de los viajeros 620 plazas. En la foto, maniobra de acoplamiento de dos de esos trenes en la estación central mientras en el andén continuo espera una doble unidad para un próximo viaje.




A pesar del alto nivel de electrificación de las líneas que llegan hasta esta estación no son infrecuentes los trenes regionales diésel como éste "RegioNova" de la clase 814.2, en doble composición.


Todo ello anima notablemente a esta concurrida terminal en la que llama la atención la enorme luz de las marquesinas con forma de arco.


En algunos momentos, también impera el vacío de circulaciones, lo que permite apreciar mejor el porte de la construcción metálica.


A todas horas del día y de la noche hay un constante desfile de trenes convencionales con servicios nacionales e internacionales, bastantes de estos últimos en horario nocturno. Un triple túnel permite que las vías a la salida de la estación puedan flanquear la trama urbana hacia el sur y el oeste.


En cuatro puntos -oeste y norte- esas vías deben cruzar el caudaloso Moldava, el río que atraviesa la ciudad y que, a veces, se embravece hasta el punto de amenazar e incluso inundar zonas de la parte baja de la Ciudad vieja.


Aquí vemos un tren franqueando uno de esos cuatro puentes ferroviarios, en concreto el situado en el distrito de Výton, con una hermosa vista de parte de la Ciudad menor, al oeste de Praga.

Antes hemos mencionado la estación Masarykovo. Merece la pena dedicarle un poco de atención ya que es anterior a la estación central. Fue construida en 1845 y tiene una configuración en fondo de saco.


Su vestíbulo interior posee este gracioso aspecto, mientras que su fachada exterior cuenta con dos cuerpos que recogen en el centro a este vestíbulo. Uno de esos cuerpos es actualmente un hotel. 



A pesar de su sencillo aspecto mueve cada año más de 10 millones de viajeros, todos ellos de servicios de Cercanías.
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