A la izquierda, mapa de la red ferroviaria de Escandinavia. En la parte superior está Narvik.
La ciudad noruega de Narvik es tristemente conocida por las
tremendas batalla por tierra, mar y aire que se libraron allí en los meses de
abril a junio de 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, por el control de su
puerto, de importancia estratégica por ser el de salida del mineral de hierro
de las cercanas minas suecas de Kiruna.
Pero Narvik también es un importante destino ferroviario en
Noruega, al que curiosamente sólo se puede llegar en tren desde Suecia. Su
situación geográfica es de 220 km al norte del Circulo Polar Ártico y la línea
ferroviaria que llega hasta allí es la más septentrional de Europa y la segunda
del mundo, con circulaciones de viajeros. Hay otra línea más al norte aún, en
Rusia, que llega hasta la ciudad de Murmansk, próxima a la frontera con
Finlandia y a unos 320 km al norte del Círculo Polar Ártico.
Este es el paisaje en Suecia cuando el tren se va aproximando a la frontera noruega.
A Narvik he viajado para estudiar la experiencia del transporte
en trenes de mercancías de 750 metros de longitud y más de 8.000 t de peso, que
se utilizan de manera intensiva para exportar el mineral de hierro de la cuenta
minera de Kiruna en Suecia. Un amplio informe de ese tráfico y la forma en que
se gestiona lo publiqué en la revista “Vía Libre” (Noviembre, 2010, nº 546).
Por ello sólo me voy a referir aquí a aspectos más generales del viaje a Narvik
en tren desde Estocolmo.
Y el viaje se inició en Estocolmo porque aunque Narvik pertenece
a Noruega, no es posible llegar hasta allí en tren por la red noruega, que se
interrumpe más al sur, en la ciudad de Bodø, a más de 225 km de Narvik.
El largo tren expreso a Narvik pocos kilómetros después de haber partido de Estocolmo.
La estrecha franja de territorio que tiene Noruega ya a esa
latitud hace que desde la frontera sueca (Riksgränsen) hasta Narvik, la línea
de tren tenga sólo 42 km en una espectacular pendiente de 17 milésimas donde el
tren desciende desde 552 metros hasta el nivel del mar, bordeando la cola del
fiordo de Narvik.
Un tren expreso de la operadora estatal sueca SJ, parte cada
día desde Estocolmo a las 17:50 para llegar a Narvik a las 13:19 del día
siguiente. En verano es fácil encontrarse en él a jóvenes de muchos países, con
billete de Interrail, para ir posteriormente hasta Cabo Norte en autobús, el
punto más septentrional de Europa. En verano otro tren (Lapland train), de
Veolia Transport, llega también hasta allá desde Malmö, al sur de Suecia, en
una viaje de 2147 km.
El tren detenido en la estación de Boden para efectuar el corte de la composición. Aunque eran las 6 de la mañana, el sol llevaba ya varias horas luciendo
En territorio sueco el paisaje es llano y monótono, con
bosques interminables, sólo interrumpidos por lagos de aguas muy azules, y
casas de madera de colores vivos. Las paradas comerciales son escasas a lo
largo de todo el recorrido y salvo Uppsala y Gävle, el resto hasta Kiruna son
localidades pequeñas. En Boden el tren se detiene para separar los coches que
van hasta la ciudad portuaria de Luleå, en el golfo de Botnia, cuyas aguas
están heladas en invierno y añadirle los del tren que viene desde Luleå con
destino a Narvik . Si el viaje desde Estocolomo a Narvik se hace en los meses
de verano, se disfruta de luz solar durante casi toda la noche ya que a medida
que va aumentando la latitud norte se van acortando las noches. En Narvik se
disfruta de luz solar durante casi todo el día desde el 25 de mayo hasta el 18 de julio. Desde
finales de noviembre hasta mediados de enero, en cambio, el sol permanece bajo
la línea del horizonte durante las 24 horas.
Andén de la estación fronteriza de Riksgränsen, parcialmente cubierto para evitar las avalanchas de nieve en invierno desde la ladera de la montaña situada al otro lado
En la zona fronteriza entre Suecia y Noruega, el tren
atraviesa la Cordillera Escandinava, la línea ferroviaria se hace abrupta, con
túneles –unos naturales y otros artificiales para contener las avalanchas de
nieve- y deja a un lado el Parque Nacional de Abisko, destino de miles de
turistas, hasta el punto de que cuenta con estación de ferrocarril propia.
El tren circulando ya por el abrupto territorio noruego
Narvik tiene una vida muy distinta a las poblaciones anteriores
que recorre la línea. Aunque el origen de la ciudad está muy ligado a las
exportaciones de mineral de hierro desde finales del s XIX, cuando se comenzó a
usar su puerto con esta finalidad, hoy día es un importante destino turístico
para la práctica del esquí nórdico en invierno o para las excursiones a las
Islas Lofoten en verano.
Llegada del tren a la estación de Narvik
El puerto de Narvik tiene la particularidad de permanecer
abierto todo el año ya que la corriente del Golfo de México baña las aguas de Noruega
y suaviza la temperatura, mientras que el puerto de Luleå, mucho más al sur, en
el Golfo de Botnia, es impracticable en invierno por la congelación del mar.
Las montañas que circundan Narvik tienen nieve durante todo el
año, aunque el clima es benigno a las horas centrales del día. Una excelente
infraestructura hotelera acoge a la corriente turística que llega allá,
fundamentalmente por vía aérea, aunque la afluencia en tren tampoco es
desdeñable.
Vista general del embarcadero de mineral de hierro en el puerto de Narvik. Hasta ahí llegan los trenes de mineral para su transbordo a los buques. En la parte inferior la foto, la línea que va hasta el puerto comercial, con tráfico de contenedores
Merece la pena hacer ese viaje en tren para disfrutar de
paisajes muy distintos a los del resto de Europa. El expreso de SJ desde Estocolmo
lleva coches cama con ducha en cada coche. También cuenta con coches de literas
y otros únicamente con butacas –bastante incómodas, por cierto para quienes hayan
escogido la clase más barata, ya que no pueden reclinarse.
Una potente locomotora de LKAB (10.800 kW) arrastra un tren con vagones cargados de mineral de hierro hacia el puerto de Narvik. Esas unidades, compuestas de dos semilocomotoras pero con cabina única en cada una de ellas han sido fabricadas por Bombardier (Foto cortesía de la operadora MTAS, que realiza el transporte de los trenes)