Timisoara-Bucarest: un viaje ferroviario de 620 km en 12h 45'

12 de enero de 2015

Había formas más rápidas de ir desde Timisoara hasta Bucarest, incluso en tren, ya que uno de ellos tarda sólo 9 horas, pero el ingeniero Dusko Djuric, que nos acompaña en nuestro recorrido por Rumanía, sugirió hacer el viaje en el tren más lento pero con recorrido más vistoso, a través del amplio valle limitado por los Cárpatos Orientales al norte y los Meridionales al sur. Además, este singular trayecto pasa por la estación de esquí de Predeal, cuyas instalaciones ferroviarias están a 1.000 metros de altitud. La belleza del recorrido compensaría tan largo viaje. El tren en el que viajábamos lo podemos ver en la foto, aprovechando una curva del recorrido. Debemos también agradecer a Dusko, gran conocedor del ferrocarril en todos estos países del Este y zona de los Balcanes, las detalladas informaciones que nos ha suministrado para poder escribir con precisión estos relatos.

Para visualizar en detalle el recorrido de nuestro tren IR1622 de los Ferrocarriles de Rumanía, ponemos este mapa.


El tren con el recorrido más corto entre ambas ciudades circula por Craiova, en el sur. Nuestro tren subiría hasta Arad desde Timisoara para continuar luego por la línea de trazo negro a través de Ilia, Simeria, Sibiu y Brasov hasta Bucarest.

El tramo entre Timisoara y Simeria está electrificado y cuenta con doble vía en la mayor parte del recorrido por lo que es utilizado por un considerable número de trenes mercantes con origen o destino Constanza hacia otros países centroeuropeos o procedentes de Bulgaría. Para añadir mayor aliciente al viaje, entre Simisoara y Vintu de Jos de nuestro trayecto (algo más de 20 kilómetros) se están desarrollando las obras del Corredor IV de la Unión Europea lo que obligaba al tren a circular a 30 km/h. Estas obras continúan hasta Brasov por la línea de Sighisoara. Por este motivo, nuestro tren fue desviado por una línea no electrificada que es la que discurre por Sibiu. Dos cambios de locomotora de eléctrica a diésel en Simeria y al revés en Brasov añadieron más minutos al trayecto.

Para nuestro alivio, los asientos del coche que nos tocó al comprar por internet el billete eran bastante cómodos y el escaso número de viajeros en la primera parte del recorrido nos dejaba el campo libre para bajar ventanillas y hacer fotos, a pesar del intenso frío exterior. El coche estaba situado al final de la composición por lo que también por ahí se podía otear el paisaje.


Disposición interior de los asientos de 2ª clase en el IR1622 Timisoara-Bucarest en uno de los coches. Se trata de un coche de origen alemán reformado en Rumanía. El tren llevaba 5 coches -uno de ellos de primera clase con asientos tipo TGV. En Brasov añadieron 2 coches más

La calefacción interior era tan potente -a tono con los grados bajo cero exteriores- que levantaba las cortinillas corridas, como puede apreciarse en la parte derecha de la foto. Vamos, que abrir una ventanilla unos minutos para hacer fotografías no nos iba a convertir en témpanos de hielo.



Nada más salir de Timisoara, a las 08:11 de la mañana comenzó el desfile de mercantes por las vías adyacentes. Unas veces los adelantábamos. Otras estaban apartados para dejar paso a nuestro tren. En la foto de arriba dos trenes multiproducto con vagones de diversos países. No se ve un tercer tren que estaba apartado más a la izquierda y que inició su marcha nada más pasar el nuestro. En la otra foto, una locomotora del operador privado rumano GFR, comprada a la SNCF de segunda mano, remolca una composición de plataformas. Detrás de él estaba un tren de cisternas que avanzó hasta ocupar la vía liberada por nuestro IR.

Entre las muchas obras singulares que se han llevado a cabo ya entre Timisoara y Arad está la sustitución del antiguo puente sobre el río Mures, cuya nueva estructura vemos en esta foto.


Nuevo puente sobre el río Mures, en Arad, tomada desde el último coche de nuestro tren, según pasábamos por él


También en Arad, ciudad que bordeamos por su circunvalación ferroviaria sin entrar en la estación central, pasamos por este triple paso a nivel: una carretera y dos vías tranviarias del sistema de tranvías de Arad, ciudad que cuenta con una extensa red de estos vehículos (48 kilómetros y 14 líneas), que cumplió 100 años en 2013. Las catenarias de las dos vías del tranvía y de la línea ferroviaria tienen una zona neutra en el punto de intersección como puede verse en la foto.

A partir de Arad ya está concluida en un pequeño tramo la renovación de vía del Corredor IV por lo que su trazado cambió rápidamente de aspecto hasta este otro de la siguiente fotografía.


Los mercantes continuaban apareciendo a nuestro paso, ahora con mejores prestaciones en su camino.


Tren de GFR con locomotora francesa de segunda mano, sin la librea propia de esta operadora rumana, con una larga composición de cisternas, apartado para dejarnos vía libre en la estación de Glogovat


Así quedará todo el Corredor IV de la Unión Europea en Rumanía, desde Curtici, en la frontera con Hungría, hasta Constanza, cuyas obras están ejecutándose en la totalidad del trazado con tramos ya concluidos como el que vemos en la foto


Poco duró el tramo ya renovado pero los tráficos, tanto de mercancías como de viajeros seguían siendo intensos. En esta fotografía, tomada a nuestro paso por la estación de Ghioros, había dos mercantes apartados para dejar paso a nuestro tren y a otro de viajeros que circulaba en sentido contrario.

La nieve comenzaba ya a cubrir parte de las vías pues los días anteriores había nevado con intensidad, sin que se hubiera llegado a derretir. Ya nos acompañaría en todo el viaje hasta Bucarest.


En Radna, otra de las paradas del viaje, pudimos ver una unidad de servicio regional del operador privado rumano Regiotrans.


Regiotrans compró a la SNCF 50 unidades de este tipo de tren, los antiguos "Caravelle" regionales franceses, de tracción diésel. Cuentan con dos coches cada uno y prestan servicio en toda Rumanía.


Poco después de Radna nos sorprendió un largo tren de tolvas de transporte de cereal, tráfico muy abundante en Rumanía.


La llegada a la estación de Simeria, donde fue sustituida nuestra locomotora eléctrica por una diésel, brindó la oportunidad de contemplar la enorme central térmica de Milova, que suministra agua caliente centralizada a esa ciudad de 13.000 habitantes.


Mientras cambiaban nuestra locomotora llegó a la estación de Simeria el IC74 "Transilvania" Brasov-Budapest, remolcado por una TRAXX de los Ferrocarriles húngaros. Estas locomotoras están homologadas en Rumanía y son bitensión (15 kV y 25 kV). MAV cuenta ya con 25 locomotoras de esta clase, aptas para remolcar trenes de viajeros tanto en tráfico nacional como internacional, hasta 160 km/h. Los Ferrocarriles húngaros han intentado ejecutar una opción de compra por otras 25 locomotoras pero el Gobierno de Hungría no ha concedido el aval para la adquisición por lo que no se ha podido ejecutar la opción.


A partir de Orastie hasta Vintu de Jos habían comenzado los trabajos de renovación. Para ello habían levantado la segunda vía con objeto de ampliar la plataforma. Desde el tren podía verse el acopio de carriles y los trabajos de infraestructura.


En Vintu de Jos comenzó el desvío por un sinuoso trazado alternativo que nos permitió eludir las considerables obras del Corredor IV. En el gráfico podemos observar en color verde la ruta que seguimos hasta Brasov, mientras que las obras se encuentran en el trazado en azul.


En distinto grosor, los tramos de vía única y los de vía doble. Este mapa es un fragmento del mapa ferroviario de Rumanía de nuestro colega francés Boris Chomenko.


Locomotora de alta potencia de construcción rumana de la clase 45 modernizada, apartada en la estación de Vintu de Jos 


Las estribaciones de los Cárpatos Orientales pronto harían acto de presencia y la vía, aquí rectilínea, empezó a retorcerse y nuestro tren a circular a velocidad bastante reducida mientras comenzaba a disminuir la luz. No obstante, aún restaban siete horas y media de viaje.




La nieve ganaba en densidad sobre las vías y el terreno escarpado exigía constantes curvas y algunos puentes. En la foto central, vemos uno de ellos sobre un tajo bastante profundo. La vejez de su estructura metálica y la buena velocidad con la que el tren pasó por él provocaba que temblase de forma notoria.


Cierta envidia nos produjo divisar no lejos del vetusto puente el largo y reciente viaducto de la autopista Bucarest-Hungría que discurre paralela al trazado ferroviario en ese punto. Probablemente ese puente metálico ferroviario deba aún aguantar muchos años antes de que sea sustituido, a menos que se caiga de viejo.


El valle se iba haciendo cada vez más estrecho y las imponentes moles de los Cárpatos Orientales, cuajadas de nieve, se cernían en el horizonte, mientras en las proximidades de las vías apareció una sucesión de lagos casi congelados en el curso del río Olt. Estábamos llegando a Fagaras.




Aún aparecían pequeños tramos de vía doble para permitir el cruce de los trenes de viajeros y algunos escasos mercantes.


Aún no habíamos llegado a Brasov y ésta fue la última foto que la escasa luz de la tarde permitió hacer. En esa estación -ya noche cerrada- se efectuó el cambio de la locomotora diésel por una eléctrica y se añadieron dos coches más a la composición. A lo largo del viaje se fueron añadieron más personas a nuestro tren y ya estaban los coches casi completos.


El trazado tiene unas fuertes rampas hasta la estación de Predeal (1.000 metros de altitud), importante centro turístico invernal. A partir de aquí la doble vía está ya modernizada y pertenece al Corredor IV de la Unión Europea. La nieve había aumentado su espesor y así se veía esta estación a la luz de sus potentes fotos.

La casualidad quiso que coincidiéramos en nuestro coche con dos músicos catalanes de la orquesta del Palau de la Música. La conversación se hizo muy animada, precisamente en lengua catalana, hasta que llegamos puntualmente a la Gara del Nord de Bucarest, final de nuestro viaje, de momento. Eran las 20:56 de la noche. (MAM)