“A nous de vous
faire préférer le train”. Este
expresivo eslogan de los ferrocarriles franceses, la Societé National des Chemins de Fer, SNCF, de hace ya algunos años,
podría traducirse sin la gracia del original, como “nos corresponde que elijan
el tren”. Refleja con bastante exactitud el empeño de la SNCF por proporcionar un
servicio ferroviario eficiente y atractivo, como del que, en general, disfrutan
nuestros vecinos; un ferrocarril difícil de emular por el hecho de ser uno de
los mejores del mundo y cuyos trenes TGV han comenzado a llegar hasta Barcelona desde el 15 de diciembre de 2013, como se describía en esta anterior entrada.
Tal valoración no es el objeto de este blog, pero es obligado señalar la calidad y extensión, tanto de sus infraestructuras como del material rodante y, especialmente, su vasta red de líneas y trenes de alta velocidad.
Francia, cuenta con unos 30.000
kilómetros de líneas ferroviarias, gestionadas por la sociedad Réseau Ferrée de France (RFF). 1.948,8
de ese total son líneas de alta velocidad (270-320 km/h). Además, hay más de 1.000
kilómetros en construcción o proyecto firme, de modo que hacia 2020 podría
llegar a contar con unos 3.000 kilómetros de estas infraestructuras. Al margen de esta muy alta velocidad,
SNCF cuenta con unos 1.000 kilómetros de líneas aptas para velocidades de
200-220 km/h que hacen que la velocidad sea una constante en Francia.
Nuestros vecinos son el país pionero
en materia de alta velocidad ferroviaria, con sus primeros Train a Grand Vitesse (TGV) desde 1981 y, más de treinta años
después, sigue en vanguardia en la explotación de la alta velocidad, tanto por
la cantidad de kilómetros, como por el número de trenes y la extensión de los
servicios ofrecidos.
Es,
además, el país que ha servido de modelo al resto de países que pertenecen al
selecto club de la alta velocidad. Su sistema ha permitido calibrar costes y
beneficios de la alta velocidad y constatar su éxito y vigencia.
La bella estación de Metz. 2008
Los trenes
TGV atienden más de 200 destinos nacionales y más de 50 internacionales, con alrededor de 1.000
servicios diarios. Nada menos que más de 500 trenes se encargan de estos
servicios que surcan Francia y llegan también a muchos otros países europeos.
Velocidad al margen, el TGV es un tren
accesible que se ha convertido en parte de la geografía francesa y de los
hábitos de los ciudadanos. Desde 1981 superan ampliamente los mil millones el
número de viajeros han viajado en TGV.
Una unidad "Francilien" Z 50015 para servicios Transilien en la estación de París-Est. 24 de noviembre de 2013
Pero
aunque la extensión de la red de alta velocidad francesa resulta impresionante,
no puede obviarse la importancia de la red convencional, por la que se presta
un servicio de envergadura y, en general, de calidad que atiende a las regiones
y complementa la red de alta velocidad, resultando por ello imprescindible para
el país hermano.
En la estación de Cerbère, la BB 7297 encabezando el Intercités de Nuit 3732 a París. 26 de agosto de 2011
El coche Corail A10tu 1092 330 estacionado en la parisina estación de Austerlitz, con la nueva decoración corporativa con sus tonos "Carmillon". 31 de agosto de 2013
Estos coches Corail también circularon en España, en régimen de alquiler, entre septiembre de 1980 y septiembre de 1982. En otro momento nos referiremos detalladamente a ello ya que muchos viajeros españoles pudieron utilizarlos aunque el número de coches alquilados no fue muy grande. (AMP)