La desaparición de los Ferrocarriles de vía estrecha del Peloponeso no fue total. Queda un pequeño tramo en Patras que se utiliza a modo de tranvía urbano por el litoral de la ciudad. También un par de trenes turísticos. En uno de esos dos, el Odontotos (cremallera) Diakopto-Kalavrita hemos viajado hoy para disfrutar de los agrestes paisajes de las montañas del Peloponeso. La foto que abre esta entrada es de la web del tren, explotado por Trainose. Este ferrocarril data de 1896 y se ha mantenido desde entonces y renovado con una inversión de 10,4 millones de euros, en 2009, gracias a la ayuda de la Unión Europea.
Kalavrita es un pequeña localidad del Peloponeso, famosa por su estación de esquí cuyas pistas llegan hasta los 2.100 metros de altitud. Entre finales de octubre y el mes de marzo, toda esta zona se cubre de nieve y se llena de esquiadores, uno de cuyos medios de acceso es el ferrocarril de cremallera.
La estación de esquí de Kalavrita
Para poder tomar ese tren, ya que estamos estos días en Patras, debimos ir hasta Diakopto en un bus de Trainose, pues la vía férrea entre Patras y Kiato está desmantelada para permitir la construcción de una doble vía electrificada con características de alta velocidad.
Nuestro tren a punto de partir, en la estación de Diakopto. Son trenes diésel fabricados en Suiza por Stadler para esta línea
La estación subterránea de Regionales y Larga Distancia de Diakopto, a falta de colocar las traviesas, vías y electrificación
Esta locomotora de vapor ha sido preservada y se encuentra junto a la estación de Diakopto. Data de 1896
Croquis del trazado del ferrocarril. En la escala lateral se computan los kilómetros por la carretera
Tras pasar por parte del casco urbano de Diakopto el tren asciende muy suavemente para alcanzar el valle de Vourakis, estrecho desfiladero en algunos puntos en los que la vía se mete en una garganta excavada en la roca. Una sucesión de túneles y puentes se encuentran en la primera parte del recorrido.
Acceso al valle de Vourakis. Los viajeros -muchos de ellos turistas de diversos países- pugnaban por hacerse con las ventanillas del tren para sacar fotos
Enseguida comenzará una sucesión de túneles y semitúneles, además de puentes metálicos para permitir que el río cambie de lado bajo el trazado de la vía.
Pronto se añadirá la cremallera entre las vías del trazado.
El paisaje de túneles se va haciendo cada vez más enrevesado y hayuna cierta oscuridad ambiente por lo que las luces del tren se han encendido, reflejando el interior de la unidad en los cristales de la cabina.
La rampa es tan pronunciada en esta parte del trazado que desde el interior del tren aparece la vía algo más adelante como si estuviese en un plano inferior.
Otro de los puentes metálicos del trazado
La vía, el cañón y el río abajo sin más espacio en la montaña
Estratégicamente distribuidas por todo el trazado hay aguadas que se utilizaban cuando la tracción era a vapor. Estos depósitos se han conservado como recuerdo.
Una de las estaciones intermedias
El viaje ha concluido. Habrá ahora tiempo para recorrer la localidad, tomar el aire y comer una sustanciosa comida típica de Grecia, con ensalada de tomates y musaka.
Kalavrita está tan ufana de su tren que en el pavimento de su calle principal han integrado en el enlosado un dibujo de las vías y las traviesas, como si el tren siguiera calle arriba hacia la montaña. (MAM)