Un tren regional, que acaba de partir de la estación de Faro con destino a Vila Real de Santo António, pasa junto a la Marina de esta ciudad portuguesa
Si buscamos en el litoral portugués una zona turística que durante todo el año tenga una gran ocupación debemos venir al Algarve y eso hemos hecho en este fin de año y comienzos de 2016. Miles de turistas, especialmente del Reino Unido, habían tenido la misma idea y Faro, capital de la región del Algarve, bullía de animación estos días. Una excelente red de comunicaciones por carretera, ferrocarril y avión contribuyen a que esta afluencia turística siga en aumento. En 2014, la región del Algarve, según el Instituto de Estadística de Portugal, tuvo 16,4 millones de pernoctaciones, el mejor año de su historia. El aeropuerto de Faro, en el centro de la región, recibió también en 2014 más de 6 millones de pasajeros, la mitad de ellos procedentes del Reino Unido. Nuestra intención al venir hasta acá era comprobar hasta qué punto España y Portugal se dan también la espalda en la comunicación ferroviaria en esta zona del sur. Hemos dejado constancia de ello en nuestra anterior entrada del Blog y ahora tocaba hablar de Faro.
Habíamos partido en un tren regional desde la estación de Vila Real de Santo António. 10 trenes por sentido comunican la localidad fronteriza del Guadiana con la capital del Algarve. El viaje dura en torno a una hora, según el tren que se tome.
Exterior e interior del regional diésel de la clase 0450 de los Ferrocarriles Portugueses que nos llevó hasta Faro. Aún faltaba un rato para su partida y se fueron subiendo poco a poco los viajeros, especialmente turistas
El tiempo benigno que estamos teniendo estas Navidades confiere a estas fechas un carácter otoñal. En general, la temperatura es muy suave en el Algarve con máximas en diciembre y enero en torno a los 19 grados. Estas fiestas venían precedidas de muchas semanas con ausencia de lluvias, pero se avecinaban justo al filo del año nuevo. Nada que no fuera soportable.
Una planta hotelera excepcional en Faro -más de 60 establecimientos hoteleros- para una población de 65.000 habitantes, con otros muchos hoteles en el resto del Algarve, brindan precios al alcance de todos los bolsillos, mejores fuera de la temporada veraniega.
Marina de Faro para atraque de pequeñas embarcaciones (para llegar hasta ahí deben pasar bajo la vía del tren). Un hotel con vistas privilegiadas sobre la ciudad, la zona marítima, la estación del ferrocarril y la vía férrea nos ha permitido obtener algunas de las fotografías que acompañan a este texto. Es una delicia tomar el buffet del desayuno y poder ver la circulación de los trenes sin moverse de la mesa. Pues de los trenes y la estación de Faro vamos a hablar ahora.
Aunque las comparaciones son odiosas, tras haber comprobado directamente el aburrimiento de la estación de Huelva, con su escaso movimiento de trenes, llegar a Faro y ver la animación de su estación ferroviaria a todas horas reconforta bastante. Por ella pasan los trenes que recorren el litoral del Algarve desde Vila Real de Santo António hasta Lagos, algunos de los cuales inician o acaban aquí su recorrido. Pero Faro cuenta con 5 pares de trenes diarios (Intercidades o Alfa Pendular) con Lisboa, dos de los cuales llegan hasta Oporto. El mejor tiempo de trayecto hasta Lisboa son 3 horas, en Alfa Pendular, los trenes más veloces de Portugal que alcanzan los 220 km/h. En 5 horas y media se llega a Oporto en uno de esos trenes directos. Más de 20 trenes diarios llegan o salen de esta estación del Algarve y son un excelente medio de transporte para otros destinos costeros o hacia el resto de Portugal.
Este es al aspecto exterior de la estación de Faro, inaugurada el 21 de febrero de 1889. Ya han desaparecido todos los árboles que tuvo alrededor, a principios del siglo XX, como nos muestra esta antigua postal.
Porque el número de vías ha ido creciendo para asumir todo su tráfico y ahora cuenta con 11 vías en total, dos de las cuales están preparadas para embarcar coches en plataformas de transporte de los trenes, servicio con que ya no cuentan los Ferrocarriles Portugueses.
Nos hemos acercado a las 9,30 de la mañana hasta la estación y este era el resultado. Casi todas sus vías ocupadas esperando la partida de los trenes.
Aparte de los trenes diésel para servicios regionales, vemos aquí una locomotora eléctrica de la clase 5600 de CP, similar a las 252 españolas, que remolcan los trenes Intercidades.
A otra hora del día vemos a un Intercidade con destino Lisboa próximo a partir. En su locomotora, una publicidad del servicio wifi gratuito en todos los Alfa Pendular.
Como Faro es estación terminal para esos trenes, ya que aquí acaba la línea electrificada, una vez llegado el tren debe cambiarse la posición de la locomotora. A la derecha, en otra de las vías de la estación vemos ya un Alfa Pendular que se prepara para partir hacia Lisboa y Oporto.
Aquí vemos ya la salida del Alfa Pendular a las 15:05, que llegará a Oporto a las 20:44 con muy escasas paradas. En Tunes, donde ya los trenes abandonan la transversal del Algarve, varios de estos trenes recogen viajeros llegados del brazo Oeste de la línea que llega hasta Lagos. Por ello, no tiene nada de extraño que el ferrocarril sea uno de los platos fuertes de la afluencia turística en el Algarve y de la movilidad interna en toda la región.
Red ferroviaria de la zona sur de Portugal en la que hemos indicado los rangos de velocidades que pueden desarrollar los trenes en ella. Entre Faro y Lagos la vía sólo está electrificada hasta Tunes y sólo circulan unidades diésel. Los Intercidades y Alfa Pendular recorren la línea desde Faro hasta Tunes bajo catenaria y en esa localidad se dirigen ya hacia Lisboa y más al norte. Entre Faro y Vila Real de Santo António no hay electrificación aunque se elabora el proyecto para instalarla (Fuente "Infraestructuras de Portugal" - Refer)
Mientras recorríamos la estación, en otros momentos distintos a nuestra llegada, pensábamos en la diferencia con la Costa de la Luz onubense, que va desde el Parque de Doñana hasta Ayamonte, donde el ferrocarril termina en Huelva y los servicios de viajeros son tan escasos que apenas aportan al turismo de la zona. Hace años se creó un organismo denominado "Eurorregión Alentejo-Algarve-Andalucía" que celebró algunas reuniones y formuló planes en diversas materias. Desde hace algún tiempo el citado organismo parece no tener actividad alguna como se evidencia en este trasnochado documento sobre Transportes en la Eurorregión.
Otro de los puntos fuertes en el esquema de comunicaciones en el Algarve es el Aeropuerto Internacional de Faro, situado a escasa distancia del centro urbano de la ciudad. Operan en él 32 compañías aéreas, con un marcado flujo de vuelos internacionales. En temporada baja registra la llegada de unos 30 vuelos diarios que se multiplican considerablemente en periodo estival con los vuelos de temporada.
Aquí vemos a un avión de la compañía británica Monarch, procedente de Birmingham a punto de aterrizar, pasando sobre la marina de la ciudad
He leído alguna documentación sobre el proyecto de unir con un ramal la terminal del aeropuerto de Faro con la línea férrea de la que dista unos 4 km. Este proyecto, que de momento no parece haber prosperado, recibía el nombre de "Metro de Faro" y se extendían los servicios más frecuentes hasta Olhâo, pero permitía asegurar unas buenas conexiones entre avión y tren para todo el Algarve.
Aquí vemos a uno de los trenes partiendo de Faro cuya primera parada importante será Olhâo
Conocedores en Huelva de que el éxito turístico del Algarve se basa fundamentalmente en su aeropuerto, llevan años pensando construir uno en la capital onubense. Teniendo en cuenta los desastrosos precedentes en España de los aeropuertos secundarios, que malviven a base de subvencionar a las compañías aéreas para que tracen rutas hacia ellos, el posible aeropuerto estaba parado hasta que en este pasado año de 2015, un grupo de empresarios ha decidido financiar la inversión de unos 85 millones de euros para la construcción del aeropuerto privado "Cristóbal Colón" en Huelva. Se piensa que así podría incrementarse el turismo en la Costa de la Luz onubense. En nuestra opinión, habiendo en Sevilla unas buenas instalaciones aeroportuarias, con ese dinero invertido en el ferrocarril podría enlazarse el aeropuerto de Sevilla y Huelva en unos 45 minutos, sólo con mejorar la línea actual para lo que se cuenta ya con un estudio previo. Reabrir la línea de Ayamonte con su antiguo trazado parece más complejo y nunca debió permitirse su cierre en una zona con tan enorme potencial turístico.
Cuando se recorre en tren el litoral del Algarve, como en este que vemos entre la ría Formosa de Faro y la Marina, más que circular parece que se navega en el mar. En algunos puntos la vía pasa a muy escasa distancia de la superficie del agua con pontones que permiten el paso bajo ella a embarcaciones pequeñas. Todas esas que vemos ahí atracadas han debido pasar antes bajo la vía que cruza sobre un pequeño puente construido en el inicio del ferrocarril en esta zona.
Puente ferroviario que da acceso a la Marina de Faro y que se conserva actualmente en el mismo estado. En lugar de esa caseta hay ahora un restaurante
Puestos a recorrer turísticamente Faro y sus alrededores, lo primero en lo que debemos fijarnos es en el Parque Natural que se extiende entre la ciudad y el mar. Se denomina Parque Natural de la Ría Formosa y se extiende por todo el litoral del Algarve, con una extensión de 17.000 ha. En esta época del invierno alberga a unas 20.000 aves procedentes de zonas escandinavas que vienen a invernar en estas tierras más cálidas.
Muchas embarcaciones, con horarios regulares o de recreo, surcan todas estas aguas pudiendo admirarse la fauna de aves y la marítima, entre otros los delfines. Es muy interesante tomar el barco para la Ilha Deserta con unas arenas finísimas en su playa y un restaurante en el que sirven pescado sacado minutos antes de la ría.
Pero si se quiere permanecer en la ciudad, no faltan atractivos en sus calles para visitar.
Este que vemos, de día y de noche, es el Arco de la Villa, acceso a la zona más antigua de Faro, que está amurallada. Cuando se llega en tren a la ciudad desde Vila Real de Santo António, la vía circunda parte de la muralla por el Este.
Vista de una zona del Parque Natural en las proximidades de Faro (Foto Parque Natural Ría Formosa)
Pero si se quiere permanecer en la ciudad, no faltan atractivos en sus calles para visitar.
Este que vemos, de día y de noche, es el Arco de la Villa, acceso a la zona más antigua de Faro, que está amurallada. Cuando se llega en tren a la ciudad desde Vila Real de Santo António, la vía circunda parte de la muralla por el Este.
En el centro de esta recoleta zona urbana se encuentra la catedral de estilo gótico, cuya inacabada torre es testimonio de los incendios y terremotos sufridos en la zona, y el edificio de la Câmara Municipal (Ayuntamiento).
Aunque desde el tren ya habrá visto esta zona de la muralla que rodea la parte antigua, no es mala idea darse un paseo hasta ella o perderse por algunas de las calles interiores.
Leyendo algunas de las muchas inscripciones que hay en el recorrido, nos hemos tomado con esta lápida.
Se relata en ella que en Faro fondearon los barcos comandados por don Enrique el Navegante con los cuales participó en la toma de Ceuta el 21 de agosto de 1415. Precisamente, en una entrada que dedicamos en el Blog a la estación de Sâo Bento, de Oporto, reproducíamos un enorme azulejo donde se ve a Enrique el Navegante durante esa batalla y que está en el vestíbulo de la estación.
Rodeando la muralla de la parte vieja podemos regresar el casco urbano más moderno donde no faltan edificios de gran valor.
Este palacete, que nos recuerda a muchos edificios sevillanos, es el Consulado de Brasil en Faro.
En esta otra foto vemos el Palacio Belmarço, actualmente cerrado y sin uso.
Pero sin duda el más valioso de todos estos palacios de la ciudad es el que alberga la sede del Banco de Portugal, situado en el Jardín Manuel Bivar, frente a la Marina. Aunque fue edificado a comienzos del siglo XX tiene influencias arquitectónicas moriscas.
Teniendo en cuenta las fechas en las que estamos no podía faltar este enorme pesebre, con figuras de tamaño natural a pocos metros del palacio anterior.
Nos adentramos en las calles del Faro actual que en estos días están engalanadas por las fiestas. Hay que comer y la oferta de restaurantes en una ciudad tan turística es enorme. El plato estrella es la "cataplana" que puede ser de pescado, de mariscos (o ambos juntos), de pulpo, etc. Quizá deba esperar un poco a que se haga el plato en ese curioso recipiente casi esférico que cuece de forma hermética los productos, como si de una olla a presión se tratase. Merece la pena la espera por el resultado. Un consejo: si van varias personas, opten por "cataplanas" individuales variadas y podrán compartir los diversos sabores de la cocina farense.
Vista de una cataplana con el pescado y marisco, una vez servidos en el plato. Las raciones son muy abundantes
Durante el viaje de vuelta, dará tiempo a fijarse mejor en paisajes desde nuestro tren, como el que pude ver desde el viaducto ferroviario que cruza el río Gilao en la ciudad de Tavira cuando venía.
Atrás se nos queda Faro y nuestro bello viaje ferroviario a la capital del Algarve. La próxima vez que vengan desde España prueben a hacerlo de esta forma, utilizando el ferrocarril de toda la vida, porque si no lo usamos, muere. (MAM)