En tren a Zamora, en poco más de una hora. La ciudad tres veces transformada por el ferrocarril

15 de marzo de 2016

Habíamos estado algunos días en París saboreando para el Blog detalles ferroviarios de la capital francesa y, como contraste a esos días de agitación ciudadana, decidimos que era ya hora de venir a Zamora. El 17 de diciembre de 2015 se puso en servicio el tramo de la línea de alta velocidad a Galicia que llega hasta esta bella ciudad castellano-leonesa. El viaje desde Madrid es de algo más de hora y media, cuando aún quedan muchos detalles técnicos que completar en la línea y que dejarán el trayecto en poco más de una hora. Esa bella portada neoplateresca del vestíbulo de su estación ferroviaria, que vemos en la foto, saluda a los viajeros con una majestuosidad muy acorde con la monumentalidad que presenta Zamora. Hemos estado varios días saboreando la espectacularidad de su arte románico, del modernismo que impulsó la primera llegada del ferrocarril y la modernidad que anticipa su nueva conexión ferroviaria. Nuestros amigos del Grupo Tren Zamora nos han servido de guías documentales y de introductores para esta ciudad que ya nos estaba esperando. Y en esta entrada recogemos literaria y fotográficamente el curso de nuestra visita.

Nos habíamos propuesto redescubrir Zamora desde una perspectiva ferroviaria porque esta ciudad debe al ferrocarril, llegado tempranamente a ella en 1864, gran parte de su transformación desde la placidez de su recinto tres veces amurallado hasta la expansión reciente. Y el futuro, con tan escaso tiempo de trayecto desde la capital de España, augura un importante incremento del turismo, como ya lo están viviendo Salamanca, Ávila, Segovia o Cuenca, de la mano del ferrocarril.


El tren que nos había traído desde Madrid -aunque el origen de nuestro viaje estuvo en el sur de España, gracias a un billete combinado- se aleja en esta foto rumbo a Ferrol, su destino final. Aquí debe cambiar de ancho para continuar por la línea convencional hasta Ourense ya que el trazado en alta velocidad se encuentra actualmente en obras. No éramos demasiados los viajeros que nos apeamos en Zamora. Un lunes no es un día para que lleguen muchos turistas pero nos aseguraron que otros días de la semana la afluencia de viajeros es ahora muy superior a la que tenía antes esta estación.


Ya en el exterior debemos alejarnos bastante para captar la totalidad del edificio. 31 años llevó su construcción, al ritmo de una catedral de las de antes, y se puso en servicio en 1958, cuando ya el ferrocarril, que antes tenía a Zamora como estación terminal para el tráfico hacia Galicia, llegaba hasta Ourense, tras la puesta en servicio el año anterior de la línea hacia esa capital gallega.


En ese mismo punto desde donde está tomada la foto de la estación se encuentra enjaulada, y no por su peligrosidad sino por la de los vándalos que todo lo destruyen, este ejemplar de locomotora de vapor francesa de 1878: la 030-2214. Prestó servicio en Zamora y aquí terminó su vida útil por lo que ha merecido pasar a la posteridad. Como nos apena que haya que enjaular las joyas del ferrocarril para preservarlas, hemos entrado fotográficamente en la jaula para captar su aspecto que ahora se nos antoja humilde pero que antaño llegó hasta a remolcar el Tren Real de Alfonso XIII, entre Zaragoza y Barcelona, recorriendo a lo largo de su vida casi 3 millones de kilómetros.


Una detallada historia de la locomotora puede leerse en este texto de la Asociación Ferroviaria Zamorana. Y ya dejamos el barrio de la estación para sumergirnos en la ciudad.

Un pasado monumental

Para los amantes de la historia y del arte a ella vinculado, Zamora tiene un gran riqueza cuya contemplación exige una visita más detallada de la de un simple recorrido turístico ocasional. Por cualquier rincón que pasamos hay vestigios que abarcan desde la Edad Antigua hasta el siglo XIX cuando el modernismo irrumpe en ella de la mano del ferrocarril.

En el Museo de Zamora hay interesantes piezas de la antigüedad prerromana y de su romanización en el eje de la Vía de la Plata al cual perteneció el Puente Viejo sobre el Duero, hoy ya desaparecido.







Vista del exterior del Museo de Zamora -ampliación moderna y fachada del Palacio del Cordón, edificio del siglo XVI, donde está ubicado- junto a aspectos de algunas de sus salas. En la fotografía inferior podemos ver una estatua de Séneca aconsejando a su discípulo Nerón, bajo la atenta mirada de la diosa Minerva, con fondo de dos mosaicos romanos 

Quizá para comprender mejor la historia de Zamora hay que hacer referencia a las sucesivas ampliaciones de la ciudad, desde el primer recinto amurallado del siglo XI hasta la moderna ampliación, que llega a la estación del ferrocarril. Para ello hemos utilizado un croquis del "Plan director de las Murallas de Zamora" elaborado en 2006 por F.J. Rodríguez Méndez, en el que hemos añadido algunos datos interesantes.


Aquí tenemos los distintos recintos de la ciudad desde el siglo XI hasta nuestros días. Al sur de ellos se encuentra el río Duero, atravesado por diversos puentes, y al nordeste la zona más reciente que llega hasta la estación. En el romancero se llama a la ciudad: "Zamora la bien cercada" haciendo alusión a sus murallas defensivas, cuyo primer recinto estuvo rodeado por murallas con una extensión de 2.420 metros. Actualmente se conservan alrededor de 3 kilómetros de murallas en buen estado.


Vista del primer recinto amurallado, del siglo XI, desde la otra orilla del río Duero. Destaca la torre de la catedral románica


El Puente de Piedra sobre el Duero, construido en el siglo XIII, que tiene 280 metros de longitud, con 15 vanos. Fue durante muchos siglos el único acceso a la ciudad desde el sur pues el puente romano anterior fue destruido con anterioridad y el Puente de Hierro es de comienzos del siglo XX

Este primer recinto amurallado del siglo XI está presidido por la Catedral románica y por el Castillo, cuya construcción fue iniciada en el siglo XI y fue modificado por sucesivas aportaciones posteriores.







Vistas exteriores de la Catedral y portada de la Capilla de San Ildefonso

No hay que dejar de visitar el Museo Catedralicio donde hay una importante colección de tapices flamencos. Saliendo de la catedral encontramos enseguida la entrada del Castillo.









Detalles exteriores e interiores del Castillo de Zamora

A poca distancia de ambos edificios se encuentra la Puerta de la Lealtad (o Portillo de la Traición) que nos recuerda el asesinato del rey Sancho II de Castilla por Bellido Dolfos, en tan curiosa circunstancia que merece la pena leer el cartelón que cuenta la historia, colocado en ese lugar.






Puerta de la Lealtad y lienzo de la muralla del siglo XI contigua a esa puerta

Quizá desde aquí puede iniciarse la ruta del románico en la ciudad de Zamora. Nos encontramos ante la mayor colección del románico religioso y civil de toda Europa, cuyo estado de conservación es óptimo.




Situación de los principales monumentos románicos de la ciudad de Zamora. También la provincia y, en especial, la ciudad de Toro, atesoran una importante colección de monumentos románicos

En la medida en que dispusimos de tiempo a lo largo de los tres días de estancia en la ciudad, hicimos un recorrido por los principales monumentos del románico. Hay una documentada web que recoge todo el elenco con fotos y detalles históricos. Puede leerse en este enlace. La organización geográfica de la documentación con un mapa detallado de la situación de cada uno de ellos permitirá al visitante acomodar la visita al tiempo disponible. En las fotos que siguen, algunos de esos monumentos románicos.






Iglesia de Santa María la Nueva. En su interior había estos días una exposición de Yacentes con esculturas desde el Gótico hasta el siglo XIX. Estaba presidida por el que recibe culto en esa iglesia y que procesiona en Semana Santa, cuya imagen recogemos en la foto



Iglesia de Santiago del Burgo





Exterior e interior de la iglesia de San Andrés (iglesia del Seminario) que posee la curiosidad de estar dotada de dos altares mayores







Iglesia de San Juan cuyos arcos están colocados de forma muy distinta a la habitual. En el exterior de esa iglesia, situada en la Plaza Mayor, se encuentra el monumento erigido a los penitentes de la Semana Santa zamorana, a la que nos referiremos más adelante









Aunque de época algo posterior, merece la pena visitar las ruinas del Convento de San Francisco, sede hoy día de la Fundación Hispano-Lusa Rei Afonso Henriquez, que cuenta con una biblioteca en edificio anejo de estilo moderno. Esta situado al otro lado del Duero. Una exposición muy interesante sobre los acueductos en Portugal ocupaba estos días la zona de exposiciones



Iglesia de Santa María de la Horta



Casa del Cid y Arco del Obispo en el lienzo sur de la muralla

Traspasando la muralla por el Arco del Obispo hay una bella panorámica sobre el Duero con una vista del Puente de Piedra




El Duero a su paso por Zamora con el Puente de Piedra, desde el Arco del Obispo

Llegados a este punto es importante destacar, por su carácter románico, las aceñas en el Duero. Se trata de molinos de trigo que eran impulsados por la corriente de agua.




Aceñas de Olivares, del siglo XI



Aceñas de Cabañales, del siglo XI





Aceña situada junto al puente del ferrocarril, cuyo mecanismo ha sido restaurado por los propietarios del restaurante enclavado en ese mismo lugar

Volviendo nuevamente al centro de la ciudad, no hay que dejar de visitar dos plazas interesantes: la de Viriato y la Plaza Mayor.





Palacio de los Condes de Alba y Aliste, actualmente Parador de Turismo, situado en la Plaza de Viriato. Fachada exterior y escalera noble




Palacio de la Diputación y antigua iglesia de la Encarnación, en el mismo edificio, hoy sala de Exposiciones, situados en la Plaza Viriato



Estatua de Viriato, que da nombre a la plaza


Fachada del Ayuntamiento Viejo, en la Plaza Mayor

Frente al edificio del antiguo ayuntamiento está el del nuevo, cuyo carrillón interpreta un par de melodías, entre ellas la del Bolero de Algodre, cuyo origen está en antiguas danzas árabes. La grabación que enlazamos se hizo en la capilla de la Diputación, no abierta al culto y dedicada a sala de exposiciones, en la que en estos días se exhibía una importante colección de iconos.


El Ayuntamiento nuevo de Zamora, en la Plaza Mayor

Durante muchos siglos Zamora vivió feliz en sus recintos amurallados cultivando la actividad de los gremios y conectando con el sur a través del Puente de Piedra.


Calle de Balborraz, que desde el río subía hasta la Plaza Mayor. En sus edificios había numerosos talleres artesanos. Por ella subían hasta la ciudad los agricultores con sus productos para venderlos en la Plaza

Pero en el año 1864, una ramal de la línea ferroviaria de Madrid a Hendaya desde Medina del Campo trajo a la ciudad el ferrocarril y con ello se produjo un vuelco importante en la vida ciudadana. La primitiva estación se construyó, en medio del campo, a algo menos de 1 kilómetro al nordeste del último recinto amurallado. La calle de San Torcuato, dentro del recinto del siglo XIII, llevaba hasta el Camino de la Estación. Esa estación era de término pero comenzaron los viajes de zamoranos a Madrid y otras zonas de España e incluso de Francia. A esa primera línea sucedió el 10 de julio de 1896 la línea Palazuelo-Astorga, que culminaba la Vía de la Plata, y para cuya entrada en Zamora debió construirse un puente sobre el Duero y un túnel urbano. El ferrocarril dejó de ser en Zamora una línea de término para serlo de paso, multiplicando las posibilidades de desplazamientos y de exportación de productos, entre otros del vino de la zona de Toro.

Si la línea Medina del Campo-Zamora y su futura prolongación hacia Galicia cruzaban de Este a Oeste por la parte norte de la ciudad, la Palazuelo-Astorga lo hizo de Sur a Norte, obligando al cruce del Duero y de la periferia del recinto amurallado del siglo XIII.


Construcción del primitivo puente del ferrocarril sobre el Duero,  en el tramo Salamanca-Astorga a su paso por Zamora ("La Ilustración Española y Americana" 1891)



El puente tal como está en la actualidad, tras el cambio de su tablero formado por vigas Linville, en 1933



Bocas Sur y Norte del túnel ferroviario por el que circulaban bajo Zamora los trenes de la Ruta de la Plata

Una historia detallada de esa parte de la Ruta de la Plata ferroviaria puede leerse en esta página de la web del Grupo Tren Zamora. El 1 de enero de 1985 se cerró esta línea dejando huérfana del ferrocarril a la conexión de Zamora con Salamanca y con León. Actualmente los servicios de transporte por carretera entre Zamora y Salamanca, en días laborables, suman hasta 18 expediciones por sentido, lo que da idea de la alta relación que existe entre ambas ciudades y que el ferrocarril dejó de atender.

Pero ya en 1958 se había culminado la conexión ferroviaria entre Zamora y Ourense de tal forma que quedaba completada la conexión por esta zona entre Madrid y Galicia.

La notable influencia que el ferrocarril produjo en la ciudad de Zamora puede dividirse en dos periodos: el inicial desde 1864 y el que comienza en 1958. En el primero de ellos se abre en la ciudad el periodo modernista en su arquitectura urbana al que vamos a referirnos en detalle.

El modernismo en Zamora

La consecuencia de la llegada del ferrocarril fue la edificación en la ciudad de un considerable número de edificios modernistas, muchos de los cuales fueron viviendas de familias zamoranas. Esta etapa modernista va desde 1875 a 1930, situados la mayor parte de los edificios en el interior del recinto amurallado del siglo XIII. Aún no había comenzado la gran ampliación urbana extramuros.

Hay que hacer notar que en la época en que comienza su etapa modernista, Zamora apenas reúne a 15.000 habitantes y al final de esta etapa sus habitantes llegaron a 20.500. De ahí el importante impacto sobre su trama urbana.



Este es el plano de situación de los principales edificios modernistas de Zamora y la relación detallada. Muchos de ellos están en el eje de la calle Santa Clara que une la Plaza de Sagasta, a poca distancia de la Plaza Mayor, con la que fue una de las puertas en la muralla: la Puerta de Santa Clara, situada al Este de la ciudad. Al conservarse en la actualidad la totalidad de esos edificios modernistas, se ha elaborado una Ruta del Modernismo de Zamora, que invita a los turistas a recorrerla. Y eso hemos hecho con la seguridad de que esta fue la primera y gran aportación del ferrocarril a la ciudad.

Gran parte de estos edificios modernistas fueron proyectados por el arquitecto catalán Francesc Ferriol i Carreras, que fue arquitecto municipal durante 10 años, a partir de 1908. En total proyectó más de 20 edificios modernistas en Zamora.

Su obra de mayor relieve ciudadano es el Teatro Ramos Carrión, inaugurado en 1916. Tras unos años de abandono, a comienzos del siglo XXI ha sido objeto de una controvertida obra de rehabilitación y ampliación, cuya vista exterior rompe el frente románico de la ciudad visto desde la otra orilla del Duero.



Fachada principal del Teatro Ramos Carrión y parte trasera totalmente acristalada

Pero Zamora tuvo teatro desde varios siglos antes ya que en 1606 se inauguró el Corral de Comedias, génesis del actual Teatro Principal. cuya fachada vemos en esta otra foto.


Y seguimos nuestro recorrido modernista con una selección de algunos de sus edificios emblemáticos.


Casa modernista de Faustina Leirado (1910) en la calle Balborraz


Casa modernista de Juan Gato (1912) en una esquina de la Plaza Mayor


Casa modernista de Norberto Macho (1915) en la Plaza de Sagasta


Edificio modernista del Casino de Zamora (1905) en la calle Santa Clara


Frente al Casino se encuentra el Palacio de los Momos, de estilo renacentista y gótico isabelino, que es monumento nacional y hoy Palacio de Justicia




Otras casas modernistas en la calle Santa Clara



Edificio modernista del Mercado de Zamora y casa situada frente al Mercado. La construcción destinada a mercado de abasto recuerda bastante a uno de los pabellones de "Les Halles", el gran mercado de París ya desaparecido en 1968, pero que tuvimos ocasión de conocer en nuestra etapa de estudiante en la capital gala

También de la época modernista de Zamora es la inauguración, en el año 1900, del Puente de Hierro que supuso la creación de una segunda conexión peatonal y para el tráfico rodado a través del Duero. Es paralelo al puente del ferrocarril.


El Puente de Hierro, en primer término, y al fondo el ferroviario

La expansión extramuros

La apertura de la conexión ferroviaria con Galicia desde Zamora y la construcción del edificio definitivo de la estación propició la gran expansión urbana de la ciudad extramuros por las zonas Norte y Este. A partir de entonces y hasta nuestros días se abren nuevas y anchas avenidas, zonas ajardinadas, edificios públicos de corte moderno y Zamora crece rápidamente en población hasta alcanzar los 64.500 habitantes en 1991, a partir del cual se estabiliza y deja de crecer.


Modernos edificios de la expansión urbana extramuros del último recinto amurallado






Desde el exterior del último de los recintos amurallados, ya en la ampliación más moderna de la ciudad son bien visibles los lienzos de la muralla que se nos presenta bien cuidada e integrada en los edificios de la ampliación.

La nueva etapa ferroviaria del siglo XXI

La puesta en servicio de la línea de alta velocidad con un notable acortamiento de los tiempos de trayecto con el centro de la Península abre una nueva etapa que no ha hecho más que comenzar y que favorecerá sin duda el turismo a Zamora. De momento, los tiempos de trayecto permiten una mejora aún mayor en un futuro próximo y la conexión con más ciudades cuando se ponga en servicio el túnel de alta velocidad bajo Madrid, en fase final de tendido de las vías. Trenes desde el sur de España hacia Galicia tendrán a Zamora como ciudad de paso.

La organización del Turismo en Zamora tiene mucho que decir al respecto. Cuando se inauguró la línea de alta velocidad hubo trenes exclusivos Madrid-Zamora que ahora ya son compartidos con otros destinos a Galicia, restando plazas a la ciudad.

Esta tercera etapa de Zamora en relación con su ferrocarril está aún dando sus pasos iniciales pero auguramos que tendrá una gran repercusión para la ciudad.


Los modernos andenes de la estación de Zamora tras la última reforma para dar cabida a la alta velocidad


Tren Alvia (250 km/h) procedente de Pontevedra y con destino Madrid-Chamartín a su llegada a Zamora. Estos trenes, de la serie 730, son duales (diésel-electricos) y pueden cambiar de ancho por lo que usan la línea de alta velocidad y la convencional hacia Galicia, que a partir de Zamora no está electrificada


Tren de auscultación de Adif que pasó por Zamora en un momento en que estábamos en la estación

La Semana Santa, un atractivo turístico de Zamora

Dentro de unos días se inicia en Zamora la Semana Santa que ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y aspira a ser declarada Patrimonio de la Humanidad. En nuestro recorrido por la ciudad pudimos visitar el Museo a ella dedicado que guarda una parte importante de los pasos e imágenes que procesionan en ella. Miles de personas acuden para verla.





Fachada del edificio del Museo de la Semana Santa de Zamora y algunas de las imágenes allí ubicadas

Un hotel peculiar

Zamora tiene una buena planta hotelera con establecimientos de las diversas categorías, entre ellos cinco hoteles de cuatro estrellas. El Parador de Zamora, cuya fachada en el Palacio renacentista de los Condes de Alba y Aliste está en una de las fotos más atrás, se complementa con otros en edificios más modernos. Sin embargo, uno esos hoteles llamó nuestra atención por su ubicación y la historia del edificio que lo alberga. Es el Hotel "Palacio del Duero".

Situado junto a la iglesia románica de Santa María de la Horta, su edificio fue levantado por los Caballeros de la Orden Hospitalaria, entre los siglos XIII y XIV, y luego ocupado por las Monjas Comendadoras de la Orden Hospitalaria. Tras la Desamortización de Mendizábal, a partir del segundo tercio del siglo XIX, fue central eléctrica, de la que heredó la alta chimenea. Con posterioridad se transformó en destilería de orujo hasta mediados de los años 80. Actualmente el hotel ha conservado y restaurado todos los vestigios de sus pasadas épocas incorporándolos a sus modernas instalaciones. El resultado es tan sorprendente como podemos ver en estas fotos.






El edificio del hotel "Palacio del Duero" con la iglesia de Santa María de la Horta, a su izquierda, y la chimenea de la eléctrica de Zamora. Refectorio del convento convertido en comedor de lujo y alambiques y tubos de la destilería de orujo que están integrados en las salas del hotel. En la parte superior, el palomar es hoy una sala de reuniones y en las diversas plantas se exhibe una colección de interpretaciones modernas del cuadro de las Meninas de Velázquez

Mucho que ver en Zamora si se desea visitar la ciudad. Habrá que elegir los aspectos más adecuados a nuestro interés pero la gran variedad de facetas que alberga y de la que esta entrada muestra sólo una pequeña parte, concita la admiración de quienes vienen hasta aquí.

La gastronomía de Zamora

Muchos son los productos que componen la gastronomía zamorana y que hacen las delicias de los comensales. Quizá deberíamos destacar -porque durante estos días se han celebrado unas Jornadas Gastronómicas dedicadas al lechazo- la exquisitez de los platos que incorporan al cordero en la fase en la que aún es amamantado por la madre.



Dos platos basados en el lechazo que tuvimos ocasión de degustar: mollejas de lechal crujientes y chuletillas escabechadas, acompañadas de vino de Toro

Junto al lechazo, mencionaremos la ternera de la comarca de Aliste y los embutidos del cerdo, en especial el lomo y el chorizo. También es de destacar el queso zamorano con denominación de origen. En varios lugares de la ciudad hay establecimientos de productos gourmet o simples tiendas con lo más selecto de la gastronomía zamorana. También en el mercado de abasto se pueden encontrar buenos quesos, además de productos frescos de la huerta o carnes variadas. Para regar todo ello, un buen maridaje con vinos de uva tinta de Toro, de esos que manchan la copa por dentro.

Desde el próximo mes de abril, Toro será la sede de la exposición "AQVA" de la Fundación "Las Edades del Hombre". Zamora puede ser un buen punto de partida para visitar esa exposición y participar en algunos de los eventos que tendrán lugar en esa otra ciudad zamorana.

Seguramente hemos despertado la curiosidad de los lectores al tiempo que les animamos a venir en tren hasta Zamora. Será la forma de que vayan creciendo los tráficos de manera respetuosa con el medio ambiente en relación con el transporte por carretera. La ciudad puede recorrerse perfectamente andando y aunque las distancias parezcan grandes no lo son tanto si tenemos en cuenta que la parte más interesante está en los recintos amurallados y también junto al río Duero. Volvimos en tren, lo mismo que a la ida. Tan puntualmente que llegamos a destino con 11 minutos de adelanto. (MAM)