30 de diciembre de 2011

En el corazón de la Laponia sueca

Una pareja de lapones con su traje típico danza en el andén principal de la estación de Kiruna ante el monumento a los obreros que construyeron el ferrocarril de las minas (Malmbanan)

Kiruna, con poco más de 23.000 habitantes, es la mayor ciudad de la Laponia sueca y, aparte de que se está hundiendo por el intenso trabajo de perforación del subsuelo para extraer la magnetita, es un centro de espectacular desarrollo ferroviario, relacionado con el transporte de mineral de hierro.

28 de diciembre de 2011

Curiosidades de la estación central de Amsterdam

Cuando se decidió en 1881 construir la estación central de Amsterdam en su actual emplazamiento, ganando terreno en las orillas del caudaloso IJ, hubieron de hincarse 8.687 pilotes de madera en las orillas de fango y arena del río para poder sostener todo el majestuoso edificio.

Esta es una de las muchas curiosidades que rodean a esta estación, situada entonces en la zona norte de la ciudad pero que, con el desarrollo urbano al otro lado del río, puede en el futuro quedar situada en el centro.

Mucho se discutió en aquellos años sobre si ese emplazamiento era el más idóneo porque, en opinión de los detractores de su construcción, afearía notablemente "la belleza y gloria de la capital". Sea como fuere, el arquitecto autor del proyecto, el holandés Pierre Cuypers, dotó a su edificio de un aspecto de gran palacio, con mezcla de estilos neogótico y neorrenacentista y con un porte similar al Rijksmuseum, otra de las obras del mismo autor.

27 de diciembre de 2011

1841: Primera crónica ferroviaria en castellano

 El nacimiento del ferrocarril en Europa produjo una revolución en los medios de transporte y en el envío de las mercancías.

Viajeros ilustres nos han legado interesantes crónicas de viaje donde se mezcla el asombro ante ese nuevo medio de transporte con la alegría que les producía el poder desplazarse a una velocidad anteriormente nunca alcanzada.

Muchos son los cronistas que nos han legado sus impresiones sobre aquel ferrocarril de los primeros años, pero en lengua castellana tenemos este capítulo del libro "Recuerdos de viaje por Francia y Bélgica en 1840 y 1841".

Ese libro se publicó en Madrid en 1841, cuando aún faltaban siete años para que se pusiese en servicio el Barcelona-Mataró, primer ferrocarril en territorio de la España peninsular.

Mesonero Romanos firma ese libro con su seudónimo habitual "El curioso parlante". Su viaje comenzó en Madrid y no era su primer viaje fuera de España, porque de agosto de 1833 a mayo de 1834 viajó por Francia, aunque en este caso sólo en diligencia.

Su segundo viaje se realizó en diligencia desde Madrid a París, por la frontera de Irún. De París se desplazó a Bruselas, donde conocía el ferrocarril ya desarrollado en el país belga.


Una de las notas interesantes de esta crónica es la de ofrecer una relación de las líneas abiertas entonces no sólo en Bélgica sino en otros países europeos, alguna de las cuales el autor conoció personalmente.

Reproduzco el capítulo completo dedicado a los "Caminos de hierro" en la seguridad de que se trata de un joya que entusiasmará a los aficionados al ferrocarril y a los amantes de los libros de viaje.

26 de diciembre de 2011

Die gute alte Zeit



Durante un viaje a Alemania en 1985 cayó en mis manos este folleto en recuerdo de los 150 años del comienzo del ferrocarril en ese país ("los buenos viejos tiempos"), que recopila las 8 rutas que se habían organizado con material histórico por diversos trayectos del sur de la entonces República Federal, para conmemorar el primer viaje en tren en territorio alemán.


Grandes proyectos ferroviarios internacionales (I)

La comunicación ferroviaria internacional fluida es uno de los mayores retos que se le presenta hoy día al ferrocarril. Los diversos sistemas empleados en cada país para su red ferroviaria: anchos de vía, tensiones de alimentación, señalización y sistemas de seguridad, características de las locomotoras, etc., han hecho muy difícil permeabilizar las fronteras para el tráfico ferroviario.


En Europa, tras muchos trabajos previos y no pocas dificultades, se está consiguiendo una cierta normalización de tal forma que los trenes puedan pasar de un país a otro sin detenerse en las fronteras, algo que hace unos años parecía imposible y una moderna red de alta velocidad, que si bien no incluye aún a todos los países, se expande a través de las fronteras nacionales y sus operadores se han integrado formando el consorcio Railteam.


Puente internacional del Øresund entre Dinamarca y Suecia, para ferrocarril y carretera, inaugurado oficialmente en el año 2000, que ha facilitado la circulación directa de trenes entre los países escandinavos y el continente europeo (Autor: Jorchr. Licencia Creative Commons)

25 de diciembre de 2011

A Narvik en tren: muy cerca del Polo Norte


A la izquierda, mapa de la red ferroviaria de Escandinavia. En la parte superior está Narvik.


La ciudad noruega de Narvik es tristemente conocida por las tremendas batalla por tierra, mar y aire que se libraron allí en los meses de abril a junio de 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, por el control de su puerto, de importancia estratégica por ser el de salida del mineral de hierro de las cercanas minas suecas de Kiruna.

Pero Narvik también es un importante destino ferroviario en Noruega, al que curiosamente sólo se puede llegar en tren desde Suecia. Su situación geográfica es de 220 km al norte del Circulo Polar Ártico y la línea ferroviaria que llega hasta allí es la más septentrional de Europa y la segunda del mundo, con circulaciones de viajeros. Hay otra línea más al norte aún, en Rusia, que llega hasta la ciudad de Murmansk, próxima a la frontera con Finlandia y a unos 320 km al norte del Círculo Polar Ártico.

24 de diciembre de 2011

Rainer Maria Rilke, Ronda y el ferrocarril

Rainer Maria Rilke (1875-1926), aunque nacido en Praga, está considerado como uno de los más grandes poetas en lengua alemana, a caballo entre el s XIX y el XX.

Pero no voy a hablar de la obra poética de Rilke -que aconsejo a todos- sino de su relación con el ferrocarril y con Ronda.

Su padre era ferroviario (antes había sido militar) y tal vez por eso legó a su hijo el amor por los viajes en tren.

De esta forma, Rilke hizo abundantes desplazamientos por Europa utilizando las comunicaciones ferroviarias recién construidas en los distintos países. 

El ferrocarril encoge los mapas

Como esos jerseys de lana que, si se lavan a temperatura inadecuada, se quedan en varias tallas menos, el ferrocarril ha encogido el mapa de España en los últimos 70 años.

Y no porque las ciudades se hayan mudado de sitio sino porque viajar entre ellas exige hoy día mucho menos tiempo que en 1942. Es indudable que los aviones también han encogido el mapa pero en distancias hasta unos 600 km -que más o menos es la que hay en los trayectos desde Madrid hasta la periferia- el ferrocarril está robando viajeros al tráfico aéreo de manera paulatina.

En el "Anuario del ferrocarril 2011" que edita la Fundación de los Ferrocarriles Españoles aparece este croquis (Isocronas) con la disminución de tiempo de los viajes por tren entre Madrid y muchas ciudades españolas. A medida que va avanzando el calendario, los círculos van disminuyendo de radio para aproximarse al centro de la circunferencia.

23 de diciembre de 2011

Mudéjar y plateresco en la estación de Jerez de la Frontera

Quizá el hecho de que Jerez de la Frontera esté en el rinconcito gaditano de la Península Ibérica ha impedido que su estación de ferrocarril sea más conocida de lo que lo son otras estaciones con menor valor arquitectónico.

No hay que olvidar también que aquí pudo construirse la primera línea ferroviaria de España, en 1830, si hubiera seguido adelante el proyecto de José Díaz Imbrechts y Marcelino Portocarrero. Pero no fue así y hasta 1856 no  llegó el ferrocarril hasta la ciudad de las bodegas.


Dos estaciones tuvo Jerez antes de la actual, cuyo proyecto se encargó en la época de la Dictadura de Primo de Rivera al arquitecto Aníbal González, artífice de muchos de los edificios de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, en 1929.

Cremallera de Montserrat

Hay lugares a donde sólo se debería llegar a pie o en un medio de transporte que no quebrase la belleza o la solemnidad del lugar. Eso sucede en Suiza, como más adelante relataré, pero parcialmente podemos verlo también en España. Uno de esos lugares a los que se puede llegar en ferrocarril o funicular es el Monasterio de Montserrat, en Cataluña, y debería ser el único medio para hacerlo porque los vehículos privados afean notablemente el entorno y causan no pocos atascos en los días de mayor concurrencia.

La idea de escribir algo sobre ello me ha venido después de que encontrara en el archivo familiar este par de postales de 1942. En la primera de ellas se atisba a los pies del Monasterio el plano inclinado por donde sube el ferrocarril de cremallera desde Monistrol, serpenteando cuesta arriba. La otra es del Aéreo que en sólo 1350 metros permite acceder también a la montaña sagrada.


La estación de Colonia

A mediados de los años 60 del pasado siglo tuve ocasión de hacer un curso en la Universidad de Colonia (Alemana). En el deambular por la ciudad fuera de las horas lectivas, -aparte de las cervecerías de la zona centro- tres cosas llamaron mi atención: el majestuoso puente sobre el Rhin, la catedral gótica y la estación ferroviaria. Esta última, construida a finales del siglo XIX en hierro forjado, había resultado seriamente dañada en la Segunda Guerra Mundial por los bombardeos sobre el contiguo puente ferroviario del Rhin para tratar de hundirlo y cortar así las comunicaciones por tren.

Poco a poco se fue reconstruyendo la estación de tal forma que en 1957 había recuperado su aspecto original pero con el añadido de un nuevo vestíbulo de acceso.

Aquellas guías ferroviarias de antaño


Portada de la Guía Oficial de 1926
de los Caminos de Hierro de París a Orléans


Viajar en ferrocarril de Larga Distancia a finales del siglo XIX y comienzos del XX era todo un lujo. Los viajes no estaban al alcance de cualquiera y no sólo por los precios de los billetes sino porque esos viajes duraban días y para las personas trabajadoras no resultaba nada fácil abandonar sus ocupaciones durante largo tiempo.

11 de diciembre de 2011

La estación de Amberes


Una providencial obra en la línea de alta velocidad Zuid de Holanda me ha permitido visitar la remodelada estación de Amberes. La original fue terminada en 1905, para la línea Bruselas-Malinas-Amberes, diseñada por el arquitecto belga Louis de la Censerie. Está considerada entre las más bellas del mundo. La configuración inicial en fondo de saco no se adecuaba bien a la explotación ferroviaria moderna ya que obligaba a los trenes procedentes de Bruselas con destino a ciudades más al norte a realizar una inversión de marcha y rodear la ciudad de Amberes.

Por este motivo, a partir de 1998 se inició una compleja reforma de la estación, con la construcción de un túnel en el nivel inferior para las circulaciones pasantes. De esta forma, queda configurada a 3 niveles de explotación ferroviaria y una mezanina de transición.