23 de diciembre de 2011

Aquellas guías ferroviarias de antaño


Portada de la Guía Oficial de 1926
de los Caminos de Hierro de París a Orléans


Viajar en ferrocarril de Larga Distancia a finales del siglo XIX y comienzos del XX era todo un lujo. Los viajes no estaban al alcance de cualquiera y no sólo por los precios de los billetes sino porque esos viajes duraban días y para las personas trabajadoras no resultaba nada fácil abandonar sus ocupaciones durante largo tiempo.


Para ilustrar al viajero durante esos viajes en los trenes, cuyas velocidades resultarían ridículas vistas con los esquemas de hoy, las empresas ferroviarias primero y luego los editores encontraron pronto un filón: editar guías en las que aparecían mapas detallados de las líneas, descripciones minuciosas de los trayectos con el kilometraje, las estaciones, las localidades en las que estaban con su información turística y fotos de los monumentos destacados, lo que se veía por la ventanilla del tren en el recorrido entre estaciones e, incluso, información comercial de los alojamientos.

Famosas fueron las guías francesas y de otros países europeos, cuyos formatos fueron copiados pronto por las compañías ferroviarias españolas. Cuando se construyeron ramales a los principales balnearios, las guías incluyeron detalles específicos de las características de sus aguas para curar enfermedades.


Detalle del interior de la guía francesa

Como decía, las compañías ferroviarias españolas adoptaron también la norma de editar guías oficiales que se renovaban con cada cambio de horario. En la foto siguiente, la portada de la guía oficial de la "Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España" correspondiente al verano de 1911.



En ella se ve la referencia a los balnearios, como puntos importantes en las rutas. Este turismo termal ferroviario llegó a tener tanta importancia que algunas de las instalaciones termales contaron con estación propia. El balneario de Alhama de Aragón fue incluso en 1863, aunque por poco tiempo, final de la línea en construcción entre Madrid y Zaragoza, de MZA. Aún hoy día conserva su estación junto a los estanques apacibles de las aguas termales.



Una de las páginas descriptivas de los balnearios en la Guía de Norte con detalle del itinerario de acceso en ferrocarril

Estas guías siguieron editándose hasta casi finales del siglo XX en muchas ocasiones por editoriales privadas, cuando las compañías ferroviarias dejaron de hacerlo.

En la actualidad, la profusión de guías se ha decantado más bien por el turismo por carreteras que por el ferroviario. Sin embargo, operadores ferroviarios como DB (Deutsche Bahn), el operador alemán, mantienen la costumbre de poner en cada asiento un resumen del recorrido del tren, con los detalles de las estaciones y los enlaces que los viajeros encontrarán en ellas.

En España la edición de las guías se perdió totalmente a finales de los años 80 del pasado siglo. Renfe Operadora las sustituyó por pequeños impresos con los horarios de cada línea y si los viajeros desean algo más deben acudir a guías de ciudades o mapas de carreteras donde no siempre las líneas ferroviarias aparecen en su lugar exacto. Ese material impreso no resulta a veces fácil de obtener: hay que acudir a las estaciones a solicitarlo y se acaban pronto. En la web de la Operadora no existe como en otros países la opción de descargarse los horarios en formato pdf para poder imprimirlos.

Por eso resultaba más encomiable el trabajo de un grupo de voluntarios que había decidido volver a editar esas guías y hacerlas accesibles por internet a todo el que desee descargarlas. Sin embargo, ese trabajo se ha interrumpido recientemente.



(Las guías de esta entrada del blog pertenecen a mi colección privada)