23 de diciembre de 2011

Mudéjar y plateresco en la estación de Jerez de la Frontera

Quizá el hecho de que Jerez de la Frontera esté en el rinconcito gaditano de la Península Ibérica ha impedido que su estación de ferrocarril sea más conocida de lo que lo son otras estaciones con menor valor arquitectónico.

No hay que olvidar también que aquí pudo construirse la primera línea ferroviaria de España, en 1830, si hubiera seguido adelante el proyecto de José Díaz Imbrechts y Marcelino Portocarrero. Pero no fue así y hasta 1856 no  llegó el ferrocarril hasta la ciudad de las bodegas.


Dos estaciones tuvo Jerez antes de la actual, cuyo proyecto se encargó en la época de la Dictadura de Primo de Rivera al arquitecto Aníbal González, artífice de muchos de los edificios de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, en 1929.


Desde entonces, esta bella estación, en la que los azulejos se mezclan con el ladrillo y los paramentos encalados, dan ese toque señorial y palaciego al edificio ferroviario que ven los viajeros cuando llegan a la ciudad jerezana.

Para quienes nunca hayan venido hasta esa ciudad, pongo estas fotos, que seguro le abrirán el apetito si ya no hubieran probado antes los caldos que se crían en las vecinas bodegas.