21 de abril de 2012

Lisboa a todo tren (IV): la estación de Santa Apolónia

No quería continuar con otros temas ferroviarios lisboetas sin antes detenerme un poco en la estación de Santa Apolónia. Carente de todo lujo arquitectónico encierra, sin embargo, parte de los orígenes del ferrocarril en Portugal.



Los primeros 36 km de línea férrea portuguesa, inaugurados en 1856, discurrían desde un muelle cercano al actual emplazamiento de esa estación hasta Carregado, por la margen derecha del Tajo. Nueve años más tarde se inaugura la estación de Santa Apolónia, cuya primera construcción comprendía únicamente la planta baja del edificio actual, situado en la zona portuaria. Era entonces y sigue siendo ahora estación término aunque hubo el proyecto de prolongar las vías por todo el litoral hasta unirlas con las de la línea de Cascais, a la que me referiré en la siguiente entrada, y cuya estación se había construido en Cais do Sodré en 1895, y realizar una gran estación subterránea en la Praça do Comércio.

Praça do Comércio de Lisboa, fachada marítima noble de la capital lusa, tras las obras de rehabilitación llevadas a cabo en estos últimos años.

El plan a que me he referido antes no se llevó nunca a cabo, pero gracias al metro de Lisboa ambas estaciones están ahora unidas con un único transbordo en Baixa-Chiado.

Santa Apolónia ha sido desde su inauguración el punto de partida de los trenes internacionales hacia Madrid y a París por Salamanca. Aún hoy día de ella parten los dos trenes hotel que salen de las fronteras portuguesas aunque el antiguo Sudexprés hacia Francia ya sólo llega hasta Hendaya para enlazar allí con los trenes franceses. Ambos tienen también parada en la moderna estación de Oriente.

Los nuevos enlaces ferroviarios de Lisboa que pivotan sobre la estación de Entrecampos han hecho cada vez menos necesaria a Santa Apolónia, que además de esos trenes tiene gran parte del tráfico de los Alfa Pendular con Oporto y Braga y de trenes suburbanos y regionales. Por este motivo, el ayuntamiento de Lisboa se ha mostrado partidario de convertirla en terminal de Cruceros, que atracan en sus inmediaciones y cerrarla al tráfico ferroviario.

El interior de la estación, con su cubierta a dos vertiente, sólo tiene dos vías por lo que parte de los trenes deben estacionarse en el exterior, donde se ha procedido a ampliar los andenes.




Interior de la estación de Santa Apolónia tras la última rehabilitación

Alfa Pendular con destino a Oporto y Braga estacionado en uno de los andenes exteriores de Santa Apolónia

Un paseo dentre la Praça do Comércio y Santa Apolónia por toda la zona portuaria, permite admirar las edificaciones periféricas del barrio de Alfama, con sus calles empinadas y estrechas que llegan hasta la parte alta a los pies de la Catedral y del castillo de San Jorge.

Los planes ferroviarios que había para Lisboa han quedado de momento paralizados ya que ni la Tercera travesía del Tajo ni la alta velocidad hacia Madrid son ya prioritarios, por lo que Santa Apolónia tiene aún por delante una larga vida. La que fuera primera estación de Lisboa probablemente seguirá viendo salir o llegar los trenes durante muchos años.