2 de septiembre de 2014

Los países bálticos, paraíso turístico (y III): Estonia



Estas dos fotos están tomadas en dos barrios distintos de la ciudad de Tallinn, la capital de Estonia. La primera es de una de las muchas casas de madera situadas en el barrio de Kopli, cuyos habitantes se dedicaron en otros tiempos a la pesca y a la construcción de buques de madera. La segunda es de la parte moderna del distrito de Kesklinn, el pujante centro financiero de una ciudad que ha roto todos los moldes entre las capitales del Báltico y se ha lanzado hacia la tecnología, los negocios y la actividad de servicios empresariales y comerciales. Tras haber pasado unas semanas en Lituania y Letonia, tomamos un moderno tren suizo en la estación fronteriza de Valga para llegar unas horas después a Tallinn.




La primera vista que de esa ciudad tiene el viajero ferroviario es el de su estación, con diseño moderno y trenes recién comprados porque aquí se avanza en la modernidad a pasos agigantados lo que es compatible con que a pocos metros de la estación se encuentre el más bello casco histórico, joya medieval, Patrimonio de la Humanidad. Si ya no conociera de antemano esa ciudad quedaría embelesado por tanta belleza.

Gracias a que había decidido alojarme en el hotel de la propia estación, propiedad de la operadora ferroviaria que atiende los servicios ferroviarios con Rusia, tenía cada día dos opciones: ver el tráfico de trenes desde las alturas o contemplar el skyline de la Ciudad Vieja, sin más que mirar por la ventana opuesta de tan oportuna atalaya.



En agosto del pasado año hicimos una interesante incursión en Tallinn desde nuestro viaje por las tierras de Finlandia. No hay más que tomar uno de los muchos ferries que salen desde Helsinki y, tras unos 80 km de navegación, se llega a Tallinn. Una descripción detallada de aquel viaje puede leerse en esta entrada. El relato estaba bastante circunscrito a la Ciudad Vieja, por lo que no vamos a repetirnos sino a abordar otras perspectivas que nos llevarán también a otras partes de Estonia.

El dinamismo portuario de Tallinn




Puerto de viajeros y carga en ferries de la Ciudad Vieja de Tallinn (Foto Autoridad Portuaria de Tallinn)

Uno de los secretos del auge de Tallinn y, en gran medida, de Estonia es su enorme actividad portuaria. Por motivos de eficacia, existe una autoridad portuaria única para todos los puertos, tanto de pasaje como de carga, del entorno de Tallinn: puertos de la Ciudad Vieja, Marina, Muuga,Paldiski, Paljassaare y Saaremaa. Así se ha optado por una especialización de tráficos y optimizado sus conexiones ferroviarias. De esta forma, con una red ferroviaria de sólo 1.229 km, los Ferrocarriles de Estonia transportaron en 2013, 24,4 millones de toneladas de mercancías. A modo de comparación, Renfe transportó, en 2012, 17,5 millones de toneladas.

El puerto de la Ciudad Vieja, el más próximo al centro de Tallinn, está especializado en transbordadores que llevan carga y pasaje, además de los cruceros. Sólo la relación Tallinn-Helsinki mueve 26 grandes ferries diarios.




Ferry Helsinki-Tallinn entrando en el puerto de esta última ciudad (foto tomada en agosto de 2013)

Estos puertos del Báltico, gestionados por la autoridad portuaria de Tallinn, son el motor de la actividad ferroviaria de mercancías y de la de viajeros que llegan diariamente a la ciudad.

Una red gratuita de transporte urbano

En enero de 2013, la municipalidad de Tallinn adoptó una medida importante. El transporte urbano de la ciudad sería gratuito para los residentes: autobuses, tranvías y trolebuses serían de libre acceso para quienes estuviesen empadronados en la ciudad. Tallinn tiene 430.000 habitantes que pueden acceder a todos esos medios de transporte sin más requisitos que obtener una tarjeta inteligente por el importe de 2 euros. Los visitantes deben pagar 1,60 € por cada viaje que hagan en transporte público. El resultado de esa medida ha sido un incremento del 3 por ciento de los viajeros durante el primer año. También, el aumento del número de residentes que habitan en municipios aledaños y se han empadronado en Tallinn, con el consiguiente incremento de los ingresos para el Ayuntamiento.

Los costes durante el primer año de esta política de transporte gratuito han sido de 12 millones de euros. Los ingresos por billetes de los no residentes han sido de 5 millones de euros en 2013. Un estudio de las ventajas obtenidas por esta política ha sido publicado en inglés por el ayuntamiento de Tallinn y puede leerse en este enlace.

Aunque los vehículos destinados al transporte de viajeros en Tallinn son variados y abarcan tranvías, trolebuses y autobuses, los tranvías -cuyo número de unidades en circulación asciende a 80- constituyen un medio tradicional que usan bastante los viajeros.






Este poste sustentador del hilo de contacto del tranvía en una de las calles de Tallinn se mantiene desde hace tiempo en difícil equilibrio

Se trata de unidades fabricadas por Tatra en la República Checa. La antigüedad de la red hace que tenga numerosas deficiencias que se trata de corregir ante la incorporación de nuevos y modernos vehículos del fabricante español CAF.

En noviembre de 2012, tras la correspondiente licitación Tallinn adjudicó a CAF el suministro de 16 tranvías de piso bajo, a los que se añadieron 4 más en febrero de 2014.




Boceto del modelo Urbos de CAF que se está fabricando para Tallinn

En principio, los nuevos tranvías circularán entre Tondi-Ülemiste y Tondi-Kadriorg en cuyas líneas se están renovando las vías. Comenzarán a operar a finales de 2015.




Mapa de las líneas de tranvías de Tallinn

La renovada red ferroviaria de Estonia






Andenes de la estación de Tapa (arriba) y de Tallinn (debajo), rehabilitados con el diseño estándar de todas las estaciones de Estonia

Cuando se recorre Estonia en tren llama la atención que no dudaron en dar a toda su red ferroviaria la misma imagen. Nada de hacer todas las estaciones distintas, como se estila en toda Europa. El mismo diseño, el mismo mobiliario, farolas, asientos, etc. Lo único que varía es la longitud de los andenes en función de la posible demanda de viajeros. Las estaciones importantes tiene andenes largos que permiten el estacionamiento de trenes en doble composición. El resto, andenes cortos e incluso andenes de menor tamaño que el tren, en los pequeños apeaderos. En estos casos, la megafonía interior de los coches avisa de que hay que apearse por el coche intermedio, que es el que permite la entrada de bicicletas.

Los andenes, además, tienen todos la misma altura que coincide con el piso de los trenes, todos ellos adaptados a personas con discapacidades.

Más detalles sobre el ferrocarril en Estonia pueden leerse en esta otra entrada del Blog: Estonia, una Suiza ferroviaria en el norte de Europa. Seguro que llamará la atención de quienes no conocen el país y animará a los turistas a usar sus trenes.

No hace falta que vaya a una taquilla a comprar los billetes, que tampoco las hay excepto en alguna estación importante. En el propio tren podrá comprarlos, incluso con tarjeta de crédito.




Obsérvese el diseño de las farolas de iluminación de los andenes, que al mismo tiempo son asientos para los viajeros

La renovación de las vías y estaciones ha sido tan acelerada que ya casi no queda ninguna por renovar. En este pasado mes de agosto se estaba trabajando al final de la línea de Narva, en dirección a Rusia.




Estación de Rakvere, en la línea de Narva, donde en estos días se están construyendo los nuevos andenes. Se ha colocado mientras uno provisional de madera

Los distintos distritos de Tallinn

Uno de los principales problemas para que la mayor parte de los turistas conozcan de Tallinn algo más que la Ciudad Vieja es el enorme número de conexiones en ferry que hay con Helsinki. Los turistas llegan por la mañana, recorren la parte histórica y regresan a media tarde.

La oferta hotelera de la ciudad es notablemente inferior a la de Helsinki y aunque cuenta con un aeropuerto internacional no tiene tantos vuelos como la capital de Finlandia.

Por este motivo, se les escapa la belleza de los parques y palacios barrocos del barrio de Kadriorg o las casas rústicas de madera de Kopli, por citar dos zonas que no registran precisamente una gran afluencia turística.

Ya mencionamos el pasado año con detalle las maravillas de la Ciudad Vieja en esta entrada, cuya lectura recomendamos.

Vamos ahora a perdernos por Kadriorg, cuyo mayor parque está separado del mar por la carretera de Narva (Narva maantee). Con sólo cruzarla llegamos a las orillas del Báltico.





Las aguas mansas permiten ver desde el puerto de cruceros, al oeste, hasta la desembocadura del río Pirita, al este. A espaldas del espectador un extenso bosque esconde el monumento a la memoria del buque de guerra ruso Rusalka, cuyo hundimiento en 1893 tuvo lugar en esas aguas, cuando se dirigía a Finlandia.

Si regresamos al parque, enseguida podremos admirar el Palacio de Kadriorg, bellísimo edificio barroco de Pedro el Grande de Rusia (barroco petrino), convertido hoy en Museo de Arte.



Muy cerca de este palacio, que aquí vemos en la foto, está la residencia y oficinas del Presidente de la República de Estonia.



Podría pasar inadvertido si no fuese porque hay un par de soldados montando guardia en la puerta, que se turnan de vez en cuando. No obstante, no hay nada que impida llegar hasta la misma puerta del palacio.



Muy cerca está también el moderno edificio del KUMU, también Museo de Arte y alrededor extensos jardines que hacen la delicia de los habitantes de Tallinn pues pueden disfrutar de la tranquilidad que no se respira en la Ciudad Vieja ni en el distrito financiero.



Tampoco hay que despreciar la contemplación de las casas de madera que hay en las calles circundantes al parque, mucho más lujosas que las de Kopli. Y para muestra el siguiente botón.



Si el turista tiene alguna duda de cómo llegar hasta allí, tome los tranvías 1 ó 3 en sentido contrario al centro y cuando terminen el recorrido ya estarán en el parque.




Así crece de forma incesante el distrito financiero de Tallinn a costa de antiguos edificios

Del lujo barroco a la sencillez de Kopli

El barrio de Kopli está al norte de la estación de ferrocarril de Tallinn y encierra un conjunto de casas de madera, en algunos casos auténticos barracones de trabajadores, algunas de las cuales se han reconvertido para otros usos.

El nombre del barrio proviene de un antiguo cementerio luterano destruido en el siglo XIX. Durante la ocupación soviética se estableció en esta zona una gran base de las fuerzas militares. Un despliegue enorme de vías que se utilizaron entonces se encuentran hoy sin uso.

El barrio se ha expandido y se edificaron nuevas viviendas, todas ellas de madera, en consonancia con los antiguos barracones.







La densidad del barrio no es elevada pero cuenta con un excelente servicio de tranvías, porque al final de la larguísima avenida que lo atraviesa, está el depósito de los tranvías de Tallinn.





En la foto superior, entrada al depósito de tranvías de Tallinn en Kopli. Debajo, unidad de tranvía de Tatra, de la línea 2, en su parada terminal de Kopli


Por cierto que en la misma entrada del barrio, muy cerca de la estación de tren, en una de las casas de madera, hay un excelente restaurante de comida casera típica de Estonia, a precios que hace ya tiempo no se ven por estos lares.

Estonia no es sólo Tallinn

La segunda ciudad de Estonia en número de habitantes es Tartu, ciudad universitaria cuya institución es la más antigua de Estonia, fundada en 1632.

Tiene un frecuente servicio de trenes con Tallinn, en el que los trenes directos tardan dos horas (ver mapa ferroviario de Estonia más arriba).




Estación de ferrocarril de Tartu, que conserva en su edificio todo el sabor de cuando fue construido en 1877




Tartu (Foto cortesía de la Oficina de Turismo)

El río Ema recorre toda la ciudad, en medio de parques. Después de Tallinn, quizá sea la ciudad más bella de Estonia.

La tercera ciudad en número de habitantes es Narva situada en la misma frontera con Rusia. En esta ciudad bien merece la pena detenernos especialmente.



Esta ciudad posee una dilatada historia que acabó en tragedia durante la Segunda Guerra Mundial, en la que el castillo edificado a orillas del río que lleva su mismo nombre, e incluso la ciudad, quedaron totalmente destruidos en la batalla por el control del puente que la une con Rusia.



El puente fue reconstruido con este aspecto, que no es el original. El pasado 26 de julio escribíamos desde allí, con ocasión del 70 aniversario de la terminación de esa batalla que ocasionó miles de muertos. El texto completo de esa entrada del Blog puede leerse en este enlace.



En este esquema del antiguo ministerio de Defensa de la URSS hemos señalado en recuadro rojo la situación de Narva en los movimientos previstos para la batalla por la toma del puente. El objeto era penetrar en Estonia expulsando a los nazis por parte de los rusos.



Hoy Narva puede presumir de su castillo-fortaleza reconstruido y aunque la ciudad posee el inevitable aspecto de las uniformes construcciones rusas, disfruta de una tranquilidad sólo alterada por las enormes colas que se forman en la frontera con Rusia a través del paso por el puente que vemos al fondo. Los trenes pasan a Rusia a través de su estación ferroviaria.




Estación de Narva, situada junto al puente que sirve de frontera. Se han iniciado las obras de los nuevos andenes




Instalaciones de la frontera de carretera con Rusia. En estos días había especiales medidas de seguridad. La intervención rusa en Ucrania no ha dejado indiferente a los habitantes de Estonia, que sufrieron un largo periodo de dominación soviética




Unidad diésel de los Ferrocarriles de Estonia, fabricada en Suiza por Stadler, que me llevó hasta Narva y me devolvió a Tallinn




Estación de Valga, por la que habíamos entrado en tren en Estonia procedente de Letonia

A modo de resumen

Durante más de un mes hemos intentado penetrar en lo más interesante del ferrocarril de los países bálticos, así como en sus costumbres e idiosincrasia de sus habitantes. En diversas entradas del Blog, que anteceden a ésta, hemos reflejado lo que nos parecía de mayor interés para los lectores. Aspectos más técnicos tendrán reflejo en publicaciones más extensas de una revista ferroviaria especializada.

Como siempre, tratamos de hacer ver que el ferrocarril puede ocupar un lugar importante en los desplazamientos turísticos de quienes accedan a los lugares que describimos. Resultan viajes muy gratos, sin urgencias, disfrutando del paisaje y observando el derredor, que cuando se conduce se pierde la visión del mundo que nos rodea.

Algunos datos sobre Estonia

Superficie: 45.227 km cuadrados
Habitantes: 1.351.819
Moneda: Euro
Ciudades más importantes: Tallinn (431.021 hab.); Tartu (97.117 hab.); Narva (58.663 hab.)
Web oficial de Turismo
Cuenta con aeropuertos internacionales en Tallinn, Tartu, Pärnu y Kuressaare.
Red ferroviaria: 1.229 km, totalmente en ancho ruso.

Los capítulos dedicados a Letonia y Lituana, pueden leerse en los correspondientes enlaces. En los respectivos textos están enlazadas otras entradas dedicadas a aspectos ferroviarios concretos. (MAM)