Estamos en Riga, la capital de Letonia, la ciudad más grande de las Repúblicas bálticas, Patrimonio de la Humanidad y en 2014 Capital Europea de la Cultura. Y lo que vemos en la foto es el puente Vanšu, construido durante el periodo soviético de Letonia e inaugurado en 1981. Tiene 595 metros de largo y las aguas que fluyen por debajo son las del río Daugava, ya cerca de su desembocadura, tras haber regado antes gran parte del sur de Letonia. Riga es el mayor centro cultural, educativo, político, financiero, comercial e industrial -también en lo ferroviario- de toda esta región del Báltico. Y así de bello estaba su cielo cuando llegué, en mi visita a Letonia, procedente de Lituania. No pudo ser en tren porque no hay conexión ferroviaria entre ambas repúblicas. Esta bella ciudad, cuya arquitectura urbana es espectacular, pues abarca muchos estilos entre otros el modernismo, me sorprendió, como el resto de Letonia, en éste mi primer viaje allá. No en vano es considerada el París del Este de Europa. Y voy a intentar transmitir lo que pude percibir no sólo en Riga sino también en los diversos desplazamientos ferroviarios que realicé por toda la República.
29 de agosto de 2014
22 de agosto de 2014
Mala Rijeka: el viaducto ferroviario más alto de Europa
Viaducto de Mala Rijeka en 1976. Libro sobre el FC Belgrado-Bar. (Cortesía del Museo del FC de Serbia)
El viaducto sobre el Mala Rijeka (“pequeño río”) en Montenegro es mucho más que un viaducto. Es la obra culminante de una línea ferroviaria singular por su belleza y por lo complejo y costoso de su construcción. Se encuentra en la línea Belgrado-Bar entre Serbia y Montenegro, línea internacional desde 2006 tras la independencia de Montenegro.
20 de agosto de 2014
Los países bálticos, paraíso turístico (I): Lituania
De arriba a abajo: La colina Gediminas donde está situada la fortaleza origen de la ciudad de Vilnius, capital de Lituania. El moderno edificio de la Biblioteca Nacional de Letonia, en Riga y, por último, las catedrales ortodoxas de Riga y Tallinn, impresionantes edificios de arquitectura rusa
Visitar los países bálticos es una opción turística cada vez más extendida. Se trata de tres países: Estonia, Letonia y Lituania, que tienen una historia muy similar a lo largo de los siglos y que han padecido también sucesivas invasiones destructoras. Los tres también cayeron bajo el férreo yugo de la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial, hasta que en el comienzo de la década de los años 90 del pasado siglo conquistaron su independencia. Desde 2004, además, forman parte de la Unión Europea y se están integrando progresivamente en la zona euro, de la que ya forman parte Estonia y Letonia mientras que Lituania lo hará a comienzos de 2015. Durante algo más de un mes he recorrido detenidamente esos países, tras una breve incursión anteriormente en la capital de Estonia. La finalidad del viaje ha sido fundamentalmente ferroviaria pero sin obviar el recorrido turístico por lo más interesante de sus ciudades. Por eso, tras escribir con anterioridad sobre los aspectos más ferroviarios, querría ahora ampliar el punto de vista a temas más amplios sin olvidar el motivo principal del viaje. Este es el relato.
7 de agosto de 2014
Estonia, una Suiza ferroviaria en el norte de Europa
Ante esta ordenada formación de trenes de fabricación suiza- de Stadler- quizá el lector pensase que nos habíamos trasladado al país helvético. Pero no, estamos en Tallinn, la capital de Estonia, y lo que aquí vemos son trenes en las vías de su estación central. Trenes modernos, puntuales, impecables, estaciones todas ellas diseñadas con el mismo patrón arquitectónico. Interventores que te venden el billete en el tren, incluso con tarjeta de crédito, personal ferroviario que te puede hablar en inglés o en ruso, aparte de en estonio. Con todos esos indicios no es fácil concluir que estamos en un país nórdico donde se han introducido las costumbres más cívicas en todo su mundo ferroviario, hasta el punto de causar admiración en quienes lo visitan. Quien esto escribe, aunque ya estuvo en Tallinn en épocas pasadas, no ha podido sustraerse a este ambiente de modernidad que también impregna su vida ciudadana.
2 de agosto de 2014
Letonia: el ferrocarril congelado en el tiempo
La imagen superior pertenece a la playa de vías del Museo del Ferrocarril de Letonia y la de abajo a la playa de vías de la estación central de Riga, la capital de Letonia. La locomotora roja que vemos en la parte superior es una unidad de la TEP60, fabricada en 1960 y de la que los ferrocarriles de Letonia llegaron a tener 52 unidades. En la de abajo vemos tres unidades eléctricas autopropulsadas de la serie ER2 fabricada por RVR en 1962 y que aún siguen prestando servicio en los Ferrocarriles de Letonia. La de la derecha ha sido modernizada en 1987, y en su interiorismo y testeros en 2007, pero básicamente se trata de trenes con más de 50 años, herencia de la época soviética de Letonia, aunque fueron construidos en Riga. Estos son los trenes que hacen los servicios actualmente. Hacía tiempo que no veía en un país tan poca distancia cronológica entre el material preservado en su museo ferroviario y el que circula en la red. Pero así es el ferrocarril de Letonia, congelado en el tiempo frente a la modernidad que exhiben los servicios ferroviarios de Estonia y Lituania. Enseguida sabremos la causa.