20 de enero de 2014

Viajes póstumos en tren: Jorge VI, el último entierro ferroviario de un rey del Reino Unido


El día 6 de febrero de 1952 amaneció despejado en Londres pero con un frío intenso. Ese día, sin embargo, iba a ser especial, pues llegó enseguida la noticia del fallecimiento en Sandringham, condado de Norfolk, del rey Jorge VI, al que vemos en el centro de esta foto. A su izquierda, sir Winston Churchill, que también sería llevado en ferrocarril durante su entierro.  Tal vez el solo enunciado de su nombre diga poco a los lectores de habla hispana, pero es mucho más conocido por ser el personaje sobre el que versa la película "El discurso del rey", que narra los esfuerzos de un imaginativo logopeda por corregir los problemas del habla de ese rey británico. Su fallecimiento a bastante distancia de Londres planteó enseguida el problema de su traslado, con la mayor solemnidad y, como ya se había realizado anteriormente con Eduardo VII, se eligió al tren para ello. Las líneas que siguen son la crónica de su entierro ferroviario tal como lo publicó, en su número de abril de 1952, The Railway Magazine, la más antigua publicación británica sobre ferrocarril que aún se sigue editando.

He aquí la detallada descripción en el texto original en inglés que enseguida traduciremos y comentaremos con fotografías de la época:

The body of the late King George VI was brought from Sandringham to London by rail on Monday, February 11. The special train was made up of nine vehicles, all of which were in the varnished teak livery of the former L.N.E.R., except the hearse-coach, which was painted black with a white roof. It was hauled from Wolferton (the station for Sandringham) to Kings Lynn by the ‘Sandringham' class 4-6-0 locomotive No. 61617, Ford Castle. After reversal at Kings Lynn, the train continued its journey via Cambridge, and Hitchin to Kings Cross behind the first of the new class ‘7' Pacifics, No. 70000 Britannia. The departure time from Wolferton was 12.5 p.m., and Kings Cross was reached punctually at 2.45 p.m. The body of the King was then taken to Westminster Hall to lie in state for three days.

A trial run of the funeral train from Paddington to Windsor was made on Tuesday, February 12, behind the Western Region ‘Castle' class locomotive No. 7013, Bristol Castle, in charge of Driver Albert Potter. The train gained time slightly on the 21½-mile journey, and reached Windsor two min. early.

On Friday, February 15, the funeral procession started from Westminster Hall at 9.30 a.m., and made its way across London to Paddington. The head of the procession reached the station at 11.20, slightly ahead of time, and about 25 min. later the gun carriage bearing the coffin drew up on the roadway between platforms 8 and 9, where a guard of honour had been formed. Paddington Station was draped in purple and black, and the coat of arms of the former G.W.R. above the entrance had been freshly painted. Stands for onlookers had been erected at the buffer-stop ends of platform 9 and 10. Only bona fide travellers were admitted to the station after 10 a.m., and several trains were suspended or altered in working.

The Queen's carriage was halted opposite the rear end of the hearse-coach of the train, which was waiting at No. 8 platform. The Queen, the Queen Mother, Princess Margaret, and the Princess Royal then alighted and stood together on the carpeted platform while the coffin was carried into the hearse-coach, which was marshalled third from the engine, in front of the coach occupied by the Queens and the Princesses. The Royal Dukes travelled in the fifth coach of the train. Special trains were run from Paddington to Windsor in advance of the funeral train, and the special for mourners in the procession started from platform No. 9 at 12.20 p.m., hauled by 4-6-0 engine No. 7004, Eastnor Castle. The funeral train left at 12.35 p.m., headed by an engine of the ‘Castle' class bearing the name Windsor Castle, in charge of Driver Potter and Fireman H. T. Bliss, both of Old Oak. Draped plaques of the Royal Coat of Arms were displayed on each side of the smokebox of the locomotive.

The engine was not, in fact, No. 4082, Windsor Castle, built in April, 1924, which hauled the funeral train of King George V in January, 1936, but No. 7013, Bristol Castle, built in 1948. No. 4082 had been sent to Swindon for overhaul shortly before the death of the King, and was not available on February 15. It was felt, however, that it would be a fitting tribute to King George VI if the engine of the funeral train bore the same name as that used on the occasion of the funeral of his father, and the nameplates and numberplates of No. 4082 were transferred to No. 7013. The brass plates on the cab of Windsor Castle, which commemorate the occasion in 1924 when King George V drove the engine 3/4 mile toSwindon Station, also were transferred to Bristol Castle. It is understood that the substitution of the nameplates and numberplates will be permanent.

The funeral train was the same as that used for the journey from Wolferton to London, but with one coach less. Windsor Central Station, which was also draped in purple and black, was reached punctually at 1.10 p.m. Mr. John Elliot, Chairman, and Mr. V. M. Barrington-Ward, Member, the Railway Executive, and Mr. K. W. C. Grand, Chief Operating Officer, and Mr. Gilbert Matthews, Operating Superintendent, Western Region, travelled with the funeral train from Paddington.

Thus, for the fourth time in just over half a century, the Great Western Railway and its successor have been called upon to carry to its last resting place the body of a Sovereign. It was on February 2, 1902, that the funeral train of Queen Victoria, the first British monarch to travel by rail, was run from Paddington to Windsor. Some nine years later, on May 20, 1910, similar arrangements were made for the funeral of King Edward VII. The third occasion was on January 28, 1936, when the body of King George V was conveyed to St. George's Chapel for burial. In every case the funeral train started from No. 8 platform at Paddington.

La crónica traducida al castellano:


El cuerpo del difunto rey Jorge VI fue trasladado en tren desde Sandringham a Londres  el lunes 11 de febrero. El tren especial se componía de nueve coches, todos ellos barnizados con la librea de la antigua compañía LNER (London and North Eastern Railway), excepto el coche fúnebre, pintado de negro con techo blanco. Desde Wolferton (la estación de Sandringham) hasta Kings Lynn, la composición fue remolcada por la locomotora de la clase 460 "Sandringham", denominada “Ford Castle” (nº 61617). Tras la inversión de marcha en Kings Lynn, el tren continuó su viaje a través de Cambridge y Hitchin hasta Kings Cross, con la locomotora nº 70000 “Britannia”, primera de la nueva clase 7, “Pacifics”. La hora de partida desde Wolferton fue a las 12:05, y a Kings Cross se arribó puntualmente a las 14:45. El cuerpo del rey fue llevado al Palacio de Westminster para permanecer durante tres días de cuerpo presente.


Vídeo del entierro de Jorge VI donde podemos contemplar la llegada del tren a la estación de King's Cross

El martes 12 de febrero se realizó un ensayo con el tren fúnebre para el traslado desde la estación de Paddington a Windsor, con la locomotora nº 7013 “Bristol Castle”, perteneciente a la clase “Castle” de la zona ferroviaria occidental.  A sus mandos estuvo el maquinista Albert Potter. En el viaje de 21,5 millas el tren ganó algo de tiempo sobre el horario previsto y llegó a Windsor con dos minutos de adelanto.


Los restos mortales de Jorge VI en el Palacio de Westminster, la parte más antigua del Parlamento británico (Archivo gráfico de The Telegraph)

El viernes 15 de febrero, el cortejo fúnebre partió del Palacio de Westminster a las 9:30 y recorrió Londres hasta la estación de Paddington. La cabeza del cortejo fúnebre llegó a la estación a las 11:20, un poco antes de tiempo, y unos 25 minutos después llegó el armón, donde se transportaba el ataúd, hasta la cabecera de los andenes 8 y 9, donde se había formado una guardia de honor. La estación de Paddington se había revestido de morado y negro, y el escudo de armas de la antigua compañía ferroviaria GWR (Great Western Railway), que se encuentra sobre  la entrada, estaba recién pintado. Sobre las toperas de los andenes 9 y 10 se habían levantado tribunas para los espectadores. Después de las 10 de la mañana sólo se admitió en la estación a los viajeros con billete y se suspendieron o alteraron los horarios de varios trenes.


Llegada de los restos mortales de Jorge VI a la estación de Paddington. Al fondo el coche fúnebre del tren (Foto National Railway Museum)


La carroza de la Reina se detuvo frente a la parte trasera del coche fúnebre del tren, que estaba estacionado en el andén 8. La Reina, la Reina Madre, la princesa Margarita y la Princesa Real se apearon y permanecieron todos juntos en el andén alfombrado mientras que el ataúd era llevado hasta el coche fúnebre del tren, situado en tercer lugar de la composición desde la locomotora y contiguo al ocupado por las reinas y las princesas. Los reales duques viajaron en el quinto coche del tren. Antes que el tren fúnebre circularon trenes especiales entre Paddington y Windsor, y el tren especial con los asistentes al duelo que habían participado en el cortejo fúnebre, partió a las 12:20 del andén 9, remolcado por la locomotora de la clase 460, “Eastnor Castle” (nº 7004). El tren fúnebre partió a las 12:35, remolcado por una locomotora de la clase “Castle”, que llevaba el nombre de “Windsor Castle”.  El maquinista era Potter y el fogonero H. T. Bliss, ambos pertenecientes a la zona ferroviaria “Old Oak”. A ambos lados de la caja de humos de la locomotora se habían situado sendas placas drapeadas con el Escudo de Armas Real.


La locomotora "Windsor Castle" antes de que su número de identificación y placas fueran trasladadas a la "Bristol Castle" (Foto National Railway Museum)

En realidad, la locomotora no era la nº 4082 “Windsor Castle”, construida en 1924 y que había remolcado el tren fúnebre del rey Jorge V, en enero de 1936, sino la nº 7013 “Bristol Castle”, construida en 1948. La 4082 se había enviado a Swindon, poco antes de la muerte del rey, para su revisión, y el 15 de febrero no estaba disponible. Se consideró, sin embargo, que sería un merecido homenaje al rey Jorge VI si la locomotora del tren fúnebre llevase el mismo nombre que la utilizada con ocasión de los funerales de su padre. Por ello, las placas y número de matrícula de la 4082 se trasladaron a la 7013. La placa de latón situada en la cabina de la “Windsor Castle”, que conmemoraba la ocasión en la que el rey Jorge V condujo la locomotora durante tres cuartos de milla hasta la estación de Swindon, en 1924, también fue trasladada a la “Bristol Castle”. Se entiende que este traslado de placas identificativas y matrículas tendrá carácter permanente.

El tren fúnebre era el mismo que el utilizado para el viaje desde Wolferton a Londres, pero con un coche menos. A la estación central de Windsor, adornada también con colgaduras moradas y negras, se llegó puntualmente a las 13:30. Viajaron en el cortejo fúnebre desde Paddington, Mr. John Elliot, presidente, Mr. V. M. Barrington-Ward, miembro del Comité Ejecutivo del Ferrocarril, Mr. K. W. C. Grand, director de Operaciones, y Mr. Gilbert Matthews, superintendente de Operaciones de la Zona Oeste.

De esta manera, por cuarta vez en poco más de medio siglo, la compañía Great Western Railway y su sucesora han sido encargadas de llevar a su última morada el cuerpo de un soberano. Fue el 2 de febrero de 1902, cuando tuvo lugar el cortejo fúnebre de la reina Victoria, primer monarca británico llevado en tren a su sepultura, viajando desde Paddington a Windsor. Nueve años más tarde, el 20 de mayo de 1910, se hicieron idénticos preparativos para el funeral de Eduardo VII. La tercera ocasión tuvo lugar el 28 de enero de 1936, cuando el cuerpo de Jorge V fue trasladado a la Capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, para su entierro. En todos los casos el tren fúnebre partió del andén 8 de la estación de Paddington.
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Hasta aquí la traducción completa del artículo de la publicación The Railway Magazine. Como hemos visto, han sido varios los entierros ferroviarios de miembros de la realeza británica. Ya habíamos comentado en otra ocasión el del rey Eduardo VII. Y ahora lo hemos hecho con el de Jorge VI, con referencia a otros anteriores. (MAM)