26 de junio de 2013

Barcelona-Zürich, de tren directo a cuatro transbordos

Estación de Figueres-Vilafant. Cuando ya los TGV deberían llegar y salir de Barcelona-Sants aún es preciso transbordar en esta estación sin que se sepa hasta cuando

En el día de hoy he hecho el trayecto Barcelona-Ginebra-Zurich de una forma muy distinta a como solía realizarlo anteriormente. El 28 de mayo de 1989 se puso en servicio el Tren Hotel "Pau Casals", con material Talgo, que hacía el trayecto durante la noche entre Barcelona y Zurich sin que los viajeros debieran efectuar transbordo alguno. Ese tren -que estuvo en servicio hasta el 7 de diciembre de 2012- era de alta ocupación y buena calidad, incluyendo coche de Gran Clase con ducha incluida en el departamento. Cuando lo utilicé, me llamó también la atención la calidad de la restauración a bordo. Por si faltara poco, desde el 1 de junio de 1969 hasta el 18 de diciembre de 2010 circuló un tren diurno directo entre Barcelona y Ginebra: el "Catalán Talgo". Todo eso pasó a la historia y el viaje actual es una tortura para los viajeros, excepto para los amantes del ferrocarril.

Y es que ir de Barcelona a Zurich actualmente exige utilizar 5 trenes en el trayecto más corto que, por muy coordinados que estén sus horarios, precisan de transbordos entre ellos. Este es el relato detallado del periplo.

Primer tren: de Barcelona (9:05) a Figueres-Vilafant (9:58)

La puesta en servicio el 8 de enero de 2013 de la LAV entre Barcelona y Figueres-Vilafant (131 km) ponía punto y final al empeño por enlazar en ancho estándar España y Francia, de tal manera que los trenes pudieran pasar de un país a otro sin mayores problemas. El proyecto se redactó antes de 1991 y han transcurrido 22 largos años de obras y discusiones. Pero los trenes de viajeros siguen sin poder pasar de un país a otro. La estación de alta velocidad de Figueres-Vilafant actúa de nueva frontera ferroviaria, eso sí algo más hacia el interior de España. Hasta aquí llegan trenes AVE desde Madrid con plazas vendidas a precio de Avant desde Barcelona y, por el otro lado, trenes TGV franceses. Los viajeros van de unos a otros con la esperanza de que algún día ese transbordo no sea más que un recuerdo de cómo cuando una frontera geográfica cae se alza una frontera ferroviaria. Trenes de alta velocidad franceses y españoles siguen haciendo pruebas a uno y otro lado para que algún día los organismos de homologación concedan la necesaria autorización y lleven dentro a los viajeros.

Segundo tren: Figueres-Vilafant (10:20) a Nimes (12:49)

Sería muy bonito si el TGV que acabamos de tomar llevara una rama a Ginebra pero eso no va a ser posible ni lo será en mucho tiempo. En Francia se priman los trayectos radiales y nuestro TGV va a París, como no podía ser menos, En París saldrá otro para Ginebra -TGV Lyria- pero de llegar hasta la capital francesa perderíamos el enlace por media hora. No hay más remedio que apearse en Nimes y esperar allí a un TGV que viene de Montpellier y va a Lille-Europe, pero parará en la estación de Lyon Part-Dieu que es la que nos interesa.





El tren llega puntualmente a Nimes y hay un lapso de tiempo de 40' para el siguiente enlace. Lo mejor es ir por la Avenida Feuchères hasta el cercano Anfiteatro romano, que merece la pena verlo aunque sólo sea de pasada. Y estas son las fotos que he tomado esta mañana. Y eso antes de que la estación de Nimes deje de estar ahí porque, para los trenes de alta velocidad, se la llevarán bastante lejos, al este de la ciudad. En 2017, cuando se produzca este cambio, ya no habrá nada que ver.

Tercer tren: Nimes (13:29) a Lyon Part-Dieu (14:50)

A poco de salir de Nimes, el TGV que hasta aquí ha llegado sin ninguna prisa, quizá para que los viajeros puedan contemplar el paisaje de marismas desde Perpignan, coge carrerilla y se pone a 300 km/h. Ha entrado en la línea de alta velocidad del Sudeste de Francia. y nuestro siguiente destino será Lyon Part-Dieu casi en el centro de la ciudad. La linea de alta velocidad por la que viajamos circunvala por el Este a Lyon y en esa zona fueron a construir una descomunal estación -Lyon St Exupéry- diseñada por Santiago Calatrava. Es tan descomunal como vacía de viajeros y a ella nos referimos con fotografías incluidas en esta otra entrada del Blog.




Pero esta vez vamos a llegar a un sitio más acogedor: el moderno barrio de Part-Dieu. Construida la estación en 1978 tiene un aspecto luminoso porque en el vestíbulo impera el cristal en sus paramentos. Hay un considerable bullicio de viajeros. No hay mucho tiempo para la espera pero se puede dar una vuelta por las instalaciones. Y en esta foto la fachada principal.

Cuarto tren: Lyon Part-Dieu (15:34) a Genève Cornavin (17:16)

Nos habíamos salido de la línea de alta velocidad para llegar a Lyon y ahora el siguiente tren (TGV-Lyria, que viene desde Niza) discurre por una línea convencional francesa. La velocidad ha bajado notablemente y el paisaje es verde a rabiar. Entre Amberieu y Culoz la vía férrea serpentea por un estrecho valle.




El tren parará en la localidad de Bellegarde (en la foto), la última en territorio francés. Ginebra está ya a poco más de 25', pero desde Bellegarde el tren comienza a ir muy despacio dejando paso a otros trenes regionales. Pasan los minutos y ya se ve que no se cumplirá el horario. Los viajeros se impacientan porque no pocos deberemos enlazar con otros trenes. Finalmente llegamos a Ginebra con 15 minutos de retraso. Como la llegada es a la parte francesa de la estación hay que correr por el paso subterráneo, sorteando obras, para ir a la parte suiza, que vemos en la foto de debajo. Y es que el tren a Zürich será puntual.




Aún recuerdo la primera vez que llegué a esa ciudad en 1969, precisamente en el "Catalán Talgo", y me deslumbró la limpieza de sus calles y el orden que había por todos lados. Ahora todo sigue igual de limpio. Bueno, todo no porque los grafiteros se ceban con los vagones de mercancías y las vallas que dan a la vía férrea, como en todos lados.

Quinto tren: Genève Cornavin (17:45) a Zürich (20:28)



El lago de Ginebra (Leman) a contraluz desde el tren a la salida de Lausana, todo lo bien que permitía el cristal del coche

El billete que llevo es válido para cualquier tren que una ambas ciudades, bien a través de Berna o de Biel-Olten. Opto por el primero que hay porque ya está bien de tren por hoy. A Zürich llegamos con puntualidad suiza que para eso fabrican en esta tierra los mejores relojes. Salgo rápido de la estación hacia el cercano hotel no sin antes mirar de reojo a la Bahnhofstrasse, la misteriosa calle que ya describimos en esta otra entrada.

Han sido 11h 23' de viaje ferroviario porque a alguien algún día se le ocurrió que llevar de una vez a los viajeros desde Barcelona a Zürich, durmiendo tranquilamente, resultaba demasiado aburrido y se necesitaba más agitación, más trenes y muchos enlaces. Hoy funcionó todo como estaba previsto pero, ¿quien me habría dejado en Zürich si alguno de los trenes se hubiese retrasado más de la cuenta por el camino?

Como el tren que he tomado en Barcelona había salido previamente de Madrid a las 05:50 es posible que algún viajero, émulo de Phileas Fogg, pueda haber comenzado su viaje mucho más atrás que yo. Y una hora después de mi llegada a Zürich salía un tren nocturno para Budapest, con enlace en la capital húngara a diversos destinos. Los jóvenes que realizan el Interrail saben mucho de estas combinaciones en las que apenas se pone pie en tierra y se recorren miles de kilómetros, durmiendo en los trenes. Uno de mis próximos destinos en este viaje va a ser Budapest, precisamente. Pero quiero tomármelo con más calma y habrá estancias intermedias de varios días en diversas ciudades. Hoy sólo he querido narrar lo fácil que era hasta hace unos meses ir de Barcelona a Zürich y lo difícil que lo han puesto ahora.


Anuncio en el interior del IC que me llevaba de Ginebra a Zürich. En el texto dice: Su estación tiene todo lo que usted necesita. 365 días, de la mañana a la noche. (Y en letra manuscrita: Nuestro aniversario de boda)