22 de febrero de 2016

París Gare de Lyon: Un restaurante ferroviario a todo lujo


La Exposición Universal de París de 1900 fue memorable desde el punto de vista ferroviario. Además de la puesta en servicio de la estación de Orléans, hoy Museo de Orsay de la que ya hemos hablado en el Blog, se construyó un nuevo edificio para la estación de París-Lyon (Gare de Lyon) en el que se abrió el más espectacular restaurante situado en una estación de ferrocarril que pueda hallarse en el mundo: "Le train bleu". En estos días de estancia en París hemos entrado en él y lo hemos recorrido para conocer mejor su historia y tomar algunas fotografías. La entrada al restaurante está en esas escalinatas que vemos en la fotografía y en los párrafos que siguen trataremos de su pasado y su presente en esta bella estación parisina.

Construir restaurantes, cantinas o fondas en el interior de las estaciones principales fue una necesidad surgida en el siglo XIX cuando las mallas de líneas ferroviarias europeas se iban haciendo más densas y los viajeros se veían forzados a transbordar en ellas para tomar otro tren que les llevara a su destino. Era habitual que en España, tras el anuncio del nombre de la estación a la llegada de los trenes, se dijera a los viajeros "Parada y fonda". No había que salir de la estación al casco urbano para encontrar en ella los mejores manjares con productos de la zona, servidos con todo lujo de detalles. A veces los menús se componían de bastantes platos y en cada estación su restaurante rivalizaba en su carta con los de otras estaciones importantes. En nuestro país las decoraciones de algunos de esos restaurantes, muchos de ellos ya desaparecidos, fueron especialmente bellas.


Antigua cantina de la estación de Alcázar de San Juan (hoy cerrada) que fue una de las más bellas de la red ferroviaria española (Foto José Caballero - FCMAF)

Pero el de la estación de Paris-Lyon bate todas las marcas y, además, sigue aún funcionando con la misma decoración interior que lo hizo famoso.


Grabado del pintor francés Eugène Galien Laloue, de 1913, en el que se representa el edificio construido para la Gare de Lyon con ocasión de la Exposición Universal de 1900



Antigua postal en la que vemos el edificio construido para la Gare de Lyon y las chimeneas de la central eléctrica que suministraba electricidad al Metro de París



La fachada de la Gare de Lyon tal como está actualmente. Obsérvese que la antigua zona de andenes, situada a la derecha de la fachada monumental, está ahora tapada por un moderno edificio


La torre del reloj de la Gare de Lyon vista desde la Gare de Austerlitz. El moderno puente Charles de Gaulle permite atravesar el Sena y pasar de una estación a otra en pocos minutos


Antigua postal con los andenes de la estación de París-Lyon a comienzos del siglo XX



Los andenes de la estación de Paris-Lyon tras la construcción del nuevo edificio, vistos desde la entrada del restaurante





Los andenes de Gare de Lyon desde el mismo lugar que la foto anterior. Obsérvese cómo se ha conservado el reloj histórico de la estación


Puerta de entrada al restaurante "Le train bleu" en la Gare de París-Lyon

Si la decoración de techos y paredes del restaurante de la Gare de Lyon es la inicial no lo es el nombre. Cuando se inauguró la estación, tuvo un nombre mucho más modesto. Se le conoció como el "Buffet de la Gare de Lyon" y también como el "Buffet de la PLM" La estación de Lyon fue construida por la Compagnie des Chemins de Fer de Paris à Lyon et le Méditerranée (PLM) y de ahí el nombre del restaurante.

En la decoración interior trabajaron los más reputados pintores y escultores de la época lo que le confirió un estilo neobarroco con marcado acento de la Belle Époque.

Tan exquisita decoración no impidió que en 1966 se decidiera demolerlo como también se había pensado hacer con la Gare d'Orléans y sólo la intervención del escritor y político André Malraux, entonces ministro de Cultura con el gobierno del General De Gaulle, evitó la tropelía.

Tres años antes, el buffet recibó el nombre de "Le train bleu" en recuerdo del expreso Calais-París-Ventimilla que con ese nombre se puso en servicio en 1868. Entre las numerosas pinturas que decoran el restaurante, 41 son de paisajes que recorría el citado tren.




Cartel anunciador del "Tren azul"

Durante nuestra estancia en París estos días hemos querido visitar con detalle el interior del restaurante, no para comer pues su carta tiene precios muy elevados, sino para tomar algunas fotos interiores con el permiso de su dirección.










La parte de "Le train bleu" dedicada a restaurante, que en esos momentos no se estaba utilizando

Según se entra en el establecimiento, la parte derecha está destinada a restaurante y la izquierda a bar, que suele ser la más concurrida. Los precios de menú están en torno a los 40-60 € pero si se come a la carta y se disfruta de alguno de los vinos franceses que ofrecen, el precio se sube por encima de los 100 € por comensal.

Los críticos culinarios, sin embargo, no le otorgan una buena calificación al establecimiento. El diario francés "Le Monde" le dedicaba el pasado año esta frase en un artículo: "Le Train bleu esta sans doute la seule table où l'on mange mal, classée aux monuments historiques" ("Le train bleu" es sin duda el único restaurante donde se come mal, que está clasificado entre los monumentos históricos).

Quizá exagera ese periódico aunque es muy probable que la mayor parte de los viajeros que toman el tren en esa estación prefieran el módico precio del local que está justo debajo antes que dejarse la cartera en él.

Sea como fuere "Le train bleu" es todo un recuerdo de un pasado ferroviario que ya no volverá. Desde 1972 es monumento histórico y para los aficionados ferroviarios un lugar a visitar en París, aunque sólo vayan a tomar un café en el bar para justificar que antes o después se pasean por sus salones. (MAM)