31 de diciembre de 2014

En tren a Cariñena: regreso al futuro




He llegado a la conclusión de que en España antes que el carbón, al tren lo movió el vino. Y no es que tan líquido elemento se utilizara como combustible de las locomotoras sino que transportar el vino desde sus bodegas hasta el lugar de consumo provocó la construcción de importantes líneas de tren. Corría el año 1829, cuando aún no existía el ferrocarril en nuestro país, y ya se había otorgado una concesión para una línea entre Jerez de la Frontera y el muelle del río Guadalete, en El Portal, para sacar las barricas de la bodegas jerezanas y exportarlas a Gran Bretaña. Ese ferrocarril no llegó a construirse hasta bastante tiempo después pero en Cariñena, a donde estuve hace bien poco en una visita, acompañado de un selecto grupo de expertos ferroviarios, se puso en servicio una línea, el 10 de agosto de 1887, para exportar el vino de esa tierra a Francia, a través de Zaragoza. En las fotos anteriores, vemos tres tipos de trenes de viajeros que han circulado por su estación, en diversas épocas. Estación que tuvo, sucesivamente, tres ferrocarriles distintos con el mismo trayecto y aún espera la conclusión del cuarto en forma de línea de altas prestaciones Zaragoza-Valencia.

El día amaneció lluvioso en Zaragoza cuando nos apresurábamos a tomar el tren que se ve en la foto en la espectacular estación de Delicias, en la que nos habíamos dado cita para trasladarnos a Cariñena y visitar el Centro de Interpretación del Ferrocarril de su comarca, con un guía de excepción: su impulsor y ferroviario Marco Antonio Campos.



Una gran parte de los españoles ubicarían con dificultad esa localidad zaragozana, pero muchos más han oído hablar de su vino y algunos recuerdan la famosa frase de don Mendo en la obra de Muñoz Seca "La venganza de don Mendo", cuando exclama: "Fue el maldito cariñena el que se apoderó de mí", culpando al vino de lo que había acontecido.

El motivo de nuestro viaje, con el selecto grupo de expertos ferroviarios, no tenía una finalidad enológica, pero el vino estuvo presente unido a la historia ferroviaria de ese interesante lugar. De ahí que, atendida la actualidad en otras entradas anteriores del Blog, hayamos dejado ésta para terminar el año 2014 a la par que felicitamos a nuestros lectores.



La actual estación de Cariñena, que vemos en la foto, poco tiene que ver con la que antaño veía pasar los trenes que hemos reproducido en las dos primeras fotos de esta entrada. Situada en la línea Zaragoza-Teruel-Sagunto se ha visto beneficiada por los trabajos de rehabilitación que se desarrollaron desde 2001 en gran parte del trayecto entre Zaragoza y Teruel. De ahí que el recorrido hasta Cariñena se haga a buena velocidad tras las rectificaciones de trazado y la sustitución de las antiguas vías con traviesas de madera por otras nuevas montadas sobre traviesas de hormigón.

Sería ésta la cuarta reforma del ferrocarril en esta zona, desde que la Sociedad del Ferrocarril de Cariñena a Zaragoza, constituida el 17 de enero de 1885, promoviera la primera línea ferroviaria, para poder exportar a Francia la producción vitivinícola de la comarca. Los trenes por ella comenzaron a circular en 1887 sobre su trazado de vía métrica.

Esta línea subsistió hasta que la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón pudo poner en servicio en 1933 el tramo desde Caminreal hasta Zaragoza, cuyos vestigios son muy patentes en la propia estación actual de Cariñena.


Y el principal de todos ellos es la mesa de control de los desvíos de la estación que se ha conservado en el mismo lugar donde prestó servicio durante 74 años, desde 1933 hasta 2007. Fue diseñada por ingenieros suecos y tiene la particularidad de ser de transmisión eléctrica hacia las señales mecánicas y estar diseñada para soportar, todo el enclavamiento, temperaturas excepcionalmente bajas. En una de nuestras visitas a Suecia tuvimos ocasión de ver una similar en una estación de la línea Östersund-Gällivare (Inlandsbanan) actualmente sólo con servicios ferroviarios ocasionales durante los meses veraniegos del año.

Esta mesa es sólo uno de los adelantos técnicos que incorporó el Central de Aragón en su línea y que constituyó un notable avance para su época. Podemos citar también la introducción de traviesas metálicas en algún tramo de la línea.


Cuando la línea del Ferrocarril Central de Aragón pasó a Renfe en 1941, la operadora estatal heredó todos los elementos técnicos asociados a esa estación. El Gabinete de Circulación conserva aún el gráfico del enclavamiento que hoy es controlado de forma electrónica, pero en modo local al no estar instalado el Control de Tráfico Centralizado (CTC).


En esta foto, tomada durante la visita, vemos encima de la mesa del Jefe de Estación, los ordenadores que muestran el enclavamiento tal como es gestionado actualmente.


Completan los elementos históricos situados en el edificio de la estación este soberbio reloj de péndulo al que hay que dar cuerda cada cierto tiempo.



El edificio actual de la estación ha respetado y modernizado las líneas del que se construyó antiguamente. Desgraciadamente el tráfico de viajeros no es importante en este lugar y el proyecto que se ha venido ejecutando en estos últimos años, que incluía la electrificación de la línea entre Zaragoza y Teruel así como la construcción de un túnel de base en la parte central y más montañosa de la línea, se encuentra parado a la espera de mejor disposición económica.


En espera de ese futuro que no acaba de llegar nos dirigimos al Centro de Interpretación del Ferrocarril de la Comarca de Cariñena situado a pocos metros del edificio de la estación, en un antiguo tinglado restaurado primorosamente.


El primer elemento técnico que nos ofrece el Centro es ésta grúa manual para la carga de toneles de vino en los vagones de tren, recuerdo del origen de la línea. Está situada en lo que fue muelle de carga. De su tamaño nos informa bien el contraste con el hijo de uno de los ferroviarios que nos acompañaban.


El no muy gran espacio del antiguo almacén del embarcadero es todo un interesante recorrido por la historia del ferrocarril de Cariñena, en el que ocupa el espacio central ese vagón foudre utilizado para transporte del vino a granel en dos enormes cubas. La restauración de ese vagón fue muy laboriosa y la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Cariñena la ha detallado en este documento que enlazamos.




Interior del vagón foudre con las dos cubas de madera para transportar el vino

El transporte del vino a granel, en cubas grandes o en toneles de roble, fue también muy frecuente en los vinos de Jerez en su exportación al Reino Unido ya que los toneles, una vez embotellado el vino en destino, se han utilizado tradicionalmente para la crianza del whisky escocés. Ese fue el motivo por el que en esa localidad gaditana se solicitase la primera concesión ferroviaria en la Península y, posteriormente, una línea ferroviaria urbana recorriese las bodegas para dar salida a los toneles con vino jerezano.




Marco Antonio Campos nos explicó de manera gráfica la importancia que tuvo el vino en la construcción de la línea ferroviaria en Cariñena

En una esquina del gráfico que vemos en la foto anterior se muestran las etapas del ferrocarril en la línea por lo que respecta al ancho de vía.



Así, desde 1887 hasta 1933 la línea fue de vía estrecha, que pasó a ancho ibérico con el Central de Aragón y luego con Renfe. Además, con la modernización de la línea a partir de 2001 se instalaron traviesas polivalentes que contemplan un futuro cambio a ancho estándar. Si eso se hiciese en el futuro, además de tres compañías distintas en el ferrocarril de Cariñena, serían tres anchos de vía distintos para el mismo trazado, algo verdaderamente excepcional en el panorama ferroviario español.





Este tránsito empresarial es contado en el Centro de Interpretación con expresivos paneles y objetos diversos.



También se refleja el declive de la línea al disminuir el transporte de vino con un panel que reproducimos.



La evolución del tráfico por la línea, a grandes rasgos, la muestra el Centro de Interpretación con un panel en el que aparecen diversos tipos de trenes que circularon anteriormente o circulan ahora por ella.


Quizá lo más destacado, aparte de los numerosos trenes de mercancías que la frecuentaron, sea la circulación del expreso "Sol de Levante" Irún/Bilbao-Zaragoza-Valencia-Alicante que pasaba por Cariñena en horario nocturno, pero que un día lo hizo a primera hora de la mañana por haber contraído un considerable retraso. La imagen la inmortalizó Juan José Romero Rioja y es ésta.



Una pequeña habitación acristalada, dentro del Centro, simula un despacho de billetes con jefe de estación incluido.



No podía faltar tampoco aquí el vino y se venden botellas de Cariñena con rotulación muy ferroviaria, para satisfacción de los visitantes que no deben salir de la estación para saborear los caldos que aquí se crían. 32 bodegas lo cosechan, crían y embotellan en la comarca, procedentes de una cierta variedad de uvas, entre las que destacan la Garnacha Tinta para la producción de tintos y rosados y la Viura para los blancos, aunque también se cultiva la Cabernet Sauvignon o la Chardonnay, entre otras.

Vinos y ferrocarril que si en el comienzo fueron muy de la mano, hoy tampoco se alejan demasiado. Un interesante Centro de Interpretación ferroviario que bien merece una visita. Por si acaso, en el enlace está el modo de contacto para organizarla. Seguro que más de un lector degustará esta Nochevieja esos caldos para brindar con ellos. (MAM)